sábado, 23 de diciembre de 2017

Mi Expreso Polar en el Cielo



Existe un "objeto" en el cielo que siempre me ha llamado la atención. Una sucesión de estrellas casi en línea recta situado en la constelación de la Jirafa y que es conocido como la Cascada de Kemble. A mi siempre me pareció tener un aspecto de un tren encendido en la oscuridad de la noche donde el fuego saldría de un un cúmulo abierto de estrellas convertido en locomotora . Como, por su situación, está situado muy cercano al Polo Norte, se observa perfectamente en las noches navideñas y a mi me encantó la película "Polar Express" dirigida por Robert Zemeckis y basada en el libro homónimo de Chis Van Allsburg, siempre le llamé mi Expreso Polar en el cielo.


L. Kemble (Fotografía: Arild Moland)
La Cascada de Kemble es un asterismo (un conjunto de estrellas con una disposición especial visto desde la Tierra que sugiere formas conocidas) que se encuentra situado en la constelación de la Jirafa (Camelopardalis). Una zona del cielo que destaca por la escasez de estrellas brillantes y una constelación difícilmente visible desde las ciudades. El nombre de Kemble se le deba al fraile franciscano canadiense y aficionado a la Astronomía Lucien Kemble (1922-1999) quien en 1980 le escribió a un articulista y observador de cielo profundo de la revista Sky&Telescope, Walter Scott Houston indicándole su admiración por esta sucesión de estrellas. El religioso escribió lo siguiente:




"He observado una hermosa cascada de estrellas débiles que caen desde el noroeste hasta el cúmulo abierto NGC 1502 mientras barría el cielo con unos binoculares de 7 x 35 mm"

La fascinación de Kemble por esa hilera de estrellas hizo que el redactor Houston bautizara el asterismo con el nombre con el lo conocemos hoy, la Cascada de Kemble y así nos ha llegado a muchos hoy día.


Carta realizada con el programa Stellarium

Encontrar a la cascada no es fácil pero tampoco supone demasiados esfuerzos su localización. El problema es que hay pocas estrellas brillantes en la zona. Yo siempre sugiero hacer un triángulo de tres vértices casi equilátero, uno con la brillante estrella Capella (la más brillante de la constelación de Auriga); otro con la estrella Mirkaf, la más brillante de la constelación de Perseo y el último con la situación donde debería encontrarse la cascada de Kemble (algo así he tratado de representar en la figura). Su extensión supera los dos grados y medio de campo, algo así como cinco veces el tamaño de la Luna Llena.

La hermosa hilera está centrada por una estrella de quinta magnitud que nos servirá de referencia. Por un lado tendremos una sucesión de estrellas blancas, azules y naranjas realmente preciosas (como los vagones azules del tren de la película y la luz anaranjada que sale de sus ventanas). Por el otro lado, varias estrellas más desembocan en un asterismo triangular en uno de cuyos vértices aparece el cúmulo abierto NGC 1502 que tiene un brillo conjunto de sexta magnitud e incorpora unas 20 estrellas situadas a 3400 años luz de nosotros. En total, incluyendo "como estrella" al cúmulo abierto, podremos contar algo más de una veintena de estrellas entre las magnitud quinta y décima; de cualquier forma con unos prismáticos sencillos puedes observar, desde cielos no muy contaminados, algo más de diez estrellas.

La cascada de Kemble y el cúmulo NGC 1502 en detalle (Stellarium)

Si tienes oportunidad, no dejes de buscarla y observarla. Quedarás encantado con esa hilera realmente preciosa que parece situada en el cielo como para que la encuentres y disfrutes con ella. Forma parte del verdadero encanto del cielo y de lo ilusionante que es su observación. Quiero aprovechar con este post, para desear Feliz Navidad a todos los lectores del blog y un apasionado año 2018 repleto de cielos limpios y de felicidad.













lunes, 18 de diciembre de 2017

M2 y M15: Dos cúmulos globulares asequibles para prismáticos.



En las noches de otoño figuran constelaciones que siempre me parecieron como intermedias (en su belleza) entre las que comparten con las de verano y las de invierno. Pero existe una zona del cielo, no demasiado grande, que concentra a dos cúmulos globulares que pueden observarse con instrumental pequeño.Aunque inicialmente se nos muestran como dos estrellas más, una observación atenta nos muestra su verdadera estructura. Se trata de los cúmulos globulares M2 y M15 situados, respectivamente, en las constelaciones de Acuario y de Pegaso visibles a primera hora de las noches de fin de otoño.


Situación de los cúmulos en el cielo, el superior es M15 (Pegaso) el inferior M2 (Acuario)



Durante esta época del año alcanzan una altura cómoda para la observación (entre 40 y 50 grados tras el crepúsculo) lo cual los convierte en objetos muy asequibles para su observación y fotografía.

Como comentamos alguna vez cuando nos hemos referido a los cúmulos globulares, estos objetos celestes son concentraciones esféricas de cientos de miles de estrellas en la parte final de sus vidas que se encuentran unidas entre sí gravitacionalmente y que orbitan en torno a las galaxias. De modo que M2 y M15 son cuerpos que se encuentran alrededor de nuestra galaxia situados como si en halo se tratara. Veamos con detalle cada uno de estos cúmulos.



M2





Antes que nada volvamos a recordar que la M y el número corresponden al catálogo que elaborara el astrónomo francés Charles Messier (1730-1817) publicado por primera vez en 1774. En su búsqueda de cometas, Messier trató de catalogar el mayor número de objetos en el cielo que pudieran confundirse con los cometas y así evitar errores en los descubrimientos de estos cuerpos del Sistema Solar. M2, el segundo número de un catálogo que incorpora a 110 objetos.

Fue descubierto por primera vez por el astrónomo italiano y nacionalizado francés Jean-Dominique Maraldi (1709-1788) en septiembre del año 1746. Cuando Messier la observó en 1760 la anotó en su cuaderno de observaciones como "una nebulosa sin estrellas". Alberga unas 150.000 estrellas en un diámetro estimado de 175 años luz ocupando una extensión aparente en el cielo de algo más de 6 minutos de arco (aunque a nosotros nos parecerá bastante inferior, fotográficamente alcanza hasta algo más de 15 minutos de arco). Su distancia estimada es de unos 38.000 años luz.

El cúmulo globular M2 se sitúa en la constelación de Acuario, formando un triángulo con las estrellas Alpha y Beta de dicha constelación (y a su vez las más brillantes), a cinco grados de esta última. Su localización es fácil y puede distinguirse como el final de una hilera de estrellas. Aunque brilla como de magnitud 6.5 su observación no resulta tan fácil para unos prismáticos 10x50 o un pequeño telescopio de 60 milímetros de abertura, aunque es observable si se toma un poco de tiempo.

Las estrellas que de manera individual pueden observarse alcanzan la magnitud 13 para lo cual necesitaríamos un telescopio con un diámetro moderado (150 mm o superior)



Carta de localización obtenida desde www.freestarchart.com (versión PDF)




M15


Carta de localización obtenida desde www.freestarchart.com (versión PDF)



El siguiente cúmulo globular está situado en la constelación de Pegaso a algo menos de 13 gados al norte de M2. Parece que las primeras observaciones que se publicaron de este cúmulo globular fueron realizadas por el astrónomo Jean-Dominique Maraldi (el mismo de M2) en el año 1746 mientras observaba un cometa. Posteriormente, en 1764, el nombrado anteriormente Charles Messier lo incluyó en su catálogo con el número 15 haciendo la misma indicación que M2: "nebulosa sin estrellas". William Herschel le dio la verdadera naturaleza de cúmulo globular en 1783.

M15 (o NGC 7078) se haya situado a casi 34000 años luz de nosotros, es decir, ligeramente más cercano que M2 aunque tiene un tamaño similar a este último.



La localización de M15 no es nada difícil. Usando unos prismáticos, podemos partir de la estrella Epsilon de Pegaso, una estrella roja de segunda magnitud, y a cuatro grados al noreste encontraremos una pequeña "estrella difusa". Es un objeto brillante, de magnitud 6.4, perfectamente asequible a cualquier prismático o pequeño telescopio. Si bien lo veremos muy difuso porque hay que tener en cuenta que M15 es un cúmulo por sí mismo muy denso en estrellas. Para ver alguna de ellas hay que emplear un telescopio mediano, (alcanzan la magnitud 13) yo he llegado a verlas en una noche muy oscura con un refractor de 120 mm de abertura aunque con un 200 mm la imagen es inmejorable. Por último destacar que si bien en fotografías su diámetro puede llegar a ocupar casi 20 minutos de arco, visualmente no suele pasar de varios minutos.

Aprovechemos estas noches oscuras para revisar estos dos verdaderos enjambres estelares. No nos defraudarán.

martes, 31 de octubre de 2017

La Nebulosa Cabeza de Bruja



  Nuestra civilización siempre ha tendido a dar nombres a objetos del cielo según íbamos encontrando cierta similitud con objetos cotidianos, cercanos o incluso propios de nuestra imaginación. Uno de estos casos es una nebulosa que puede captarse, a través de fotografías, y que tiene un enorme parecido a la cabeza de una bruja. A parte del nombre y de su estructura, el objeto es realmente fascinante.

La Nebulosa de la Cabeza de la Bruja, también conocida como NGC 1909 o IC 2118, se sitúa en la constelación de Eridano muy cerca de la estrella Rigel (la supergigante azul Beta Orionis). Se trata de una nebulosa que los astrónomos llaman como de reflexión. Estos objetos nebulosos están formados por una nube de polvo que refleja la energía de alguna estrella cercana. Normalmente, debido a la dispersión de la luz y al igual que el color del cielo, suelen tender a adquirir un color azulado. Algunas de las estrellas de las Pléyades también incorporar su propia nebulosa de reflexión.

"La Bruja" junto a la estrella Rigel de la constelación de Orión

Detalle de la localización de la nebulosa

"La Bruja", vamos a llamarle "cariñosamente" así, se sitúa a 1000 años luz de nosotros y ocupa una extensión de casi 50 años luz. Esta preciosa nebulosa se cree que refleja la luz de Rigel o, por el contrario, otras corrientes creen que puede tratarse del residuo de una supernova, si bien la primera opción parece ser la más acertada. Aunque es un objeto grande, mas de tres grados cuadrados, su observación visual no es nada fácil, a pesar de haber podido disfrutar de cielos muy oscuros, rara vez la he distinguido visualmente.y para captarla bien es necesario usar la fotografía en las noches de otoño y de invierno.  Hay que tener en cuenta que, desde el hemisferio norte, la "cabeza" aparece invertida (como puede comprobarse en la carta de localización), así que para poder ver el aspecto de "bruja" hay que invertir la imagen tanto horizontal como verticalmente.

La fotografía que encabeza el texto fue obtenida como suma de 12 fotografías sumadas cada una de las cuales tenía una exposición de 20 minutos. Se empleó una Canon 70D con un objetivo apocromático Borg de 36 mm y todo ello sobre la montura AVX de Celestron. La fotografía fue realizada en diciembre de 2015 en una noche de verdaderos sustos, pero de frío...



sábado, 28 de octubre de 2017

Papá, ¿Dónde están las estrellas verdes?

¿Ves alguna verde?


El pasado verano, desde una playa de esa prodigiosa ciudad milenaria que se llama Cádiz, hablaba con mis hijos sobre los colores de las estrellas. Veían el color rojo de Antares, el blanco-azulado de Vega, ese nítido azul plateado de Spica (me encantan los colores azul y plata...) o el característico color naranja de Arturo. En la tranquilidad de la noche y después de admirar los colores de las estrellas, uno de mis hijos me dijo "Papá, ¿dónde están las estrellas verdes?" Y como no, no hay mejor inspiración para escribir que la pregunta de un niño.


LOS COLORES DE LAS ESTRELLAS


¿Por qué las estrellas son de distinto color? Los colores que percibimos de las estrellas dependen de la temperatura en la superficie de las mismas. Hagamos un simil terrestre para entenderlo. Supongamos que calentamos una barra de hierro progresivamente. Cuando la barra alcance una buena temperatura comenzará a emitir en color rojo, posteriormente lo hará en naranja, luego adquirirá un color amarillo, luego blanco y finalmente azul. 

En Física, y por consiguiente en Astronomía, la temperatura se mide en grados Kelvin y su símbolo es K (273 grados K = 0 grados centígrados). Pues bien de la misma forma que en nuestra barra de hierro, las estrellas cuya superficie son más frías las verás de color rojo (aproximadamente unos 3000 Kelvin) y las azules sobrepasarán los 15000 K.  Recordemos que estamos observando la superficie de las estrellas, en su interior la temperatura es de millones de grados. Todo esto está muy bien pero ¿y las estrellas verdes?






¿POR QUÉ NO VEMOS ESTRELLAS VERDES?

Bien. Comencemos aclarando que todos los objetos emiten una cantidad de luz. Ya que empezamos por Cádiz, imagínate que la luz se desplaza como las olas del mar, a la distancia entre dos crestas de las olas le llamamos longitud de la onda. Dicha cantidad de luz tendrá una longitud de onda  que se diferenciarán según la temperatura a la que esté el objeto que emite dicha luz. Si el objeto está muy caliente su longitud de onda será más corta, si el objeto estuviese frío la longitud de onda será más larga. El ojo humano permite percibir colores que van desde el violeta hasta el rojo pasando por otros colores intermedios como vemos en el siguiente gráfico. Digamos que percibimos una longitud de onda entre los 300 y los 750 nanómetros. (Un nanómetro es la mil millonésima parte de un metro)

Espectro visible por el ojo humano

Sabemos entonces que cada color tiene una longitud de onda asociada la cual varía respecto a la temperatura que tenga dicho cuerpo. Traslademos todo esto a la superficie de las estrellas cuya luz es la que nos llega a nuestros ojos. Apoyémonos a continuación en el siguiente gráfico que expresa el brillo de un objeto frente a la longitud de onda.




Supongamos que estamos observando una estrella cuya temperatura en su superficie es de 6000 K la cual es una temperatura muy aproximada a la de nuestro Sol. El máximo puede comprobarse que se vería en la zona verde. ¿Y entonces? ¿Por qué no vemos al Sol con dicho color? Aquí deberemos detenernos en el hecho de que observamos el Sol en un máximo en el color verde pero también emite en otras longitudes de onda que se corresponden con colores como el rojo, el amarillo o el violeta y no en poca cantidad precísamente. Pero nuestros ojos se encargan de mezclar todos esos colores y mostrarnos el Sol de color blanco (¡y no amarillo!) Luego la primera parte de la explicación consiste en que las estrellas no solo emiten en un único color verde pero la segunda parte depende de nuestros ojos.


Conos y Bastones
Nuestra retina es una capa muy sensible a la luz, se trata  de una pequeña estructura compuesta por dos tipos de células muy sensibles a la luz, son las denominadas conos y bastones. Los bastones no son sensibles al color pero son los responsables de que veamos cuando hay niveles muy bajos de iluminación. Los conos, por el contrario, si son sensibles a los colores y se dividen en tres tipos, los que distinguen el verde, el azul y el rojo. Por ejemplo, si observamos un cielo azul los conos azules se estimularían completamente pero no lo harían ni los verdes ni los rojos y el cerebro lo interpreta correctamente como color azul. Si observáramos algo con una parte roja y otra verde pero nada azul se activarán los conos rojos y verdes y el cerebro interpretará el color como amarillo.






Esto es,si una estrella no puede emitir SOLAMENTE en color verde sino que lo hace también, en menor medida, en otros colores, los conos de nuestros ojos interpretarán que lo que estamos viendo NO es verde. La mezcla entre las propiedades de las estrellas y la estructura de nuestros ojos hacen que mis hijos, que también los son de las estrellas, no puedan ver ni dibujar estrellas verdes. A pesar de todo siempre es importante dibujar bien el cielo y darles color a las estrellas porque de nosotros dependerá como hagan su primera observación. Lo bueno de no percibir estrellas verdes es que ese color esperanzador está reservado a los niños y además es el color preferido de mi hijo mayor.











sábado, 19 de agosto de 2017

21 de agosto:un eclipse parcial de Sol ¡por los pelos!




El próximo lunes día 21 de agosto tendrá lugar un nuevo eclipse parcial de Sol. Lamentablemente el eclipse no será visible en todos los lugares de España y en los que si que lo será la Luna oscurecerá el disco solar entre el 1 y el 15% en la península y hasta el 40% en las Islas Canarias. A todo ello hay que añadirle que su inicio se produce poco antes de la puesta de Sol, es decir con nuestra estrella muy baja sobre el horizonte oeste, apenas varios grados.

Mapa de visibilidad del eclipse

No resultan favorables las condiciones de observación y ciertamente es una pena, máxime cuando el pasado eclipse parcial de Sol de marzo de 2015 estuvo nublado en la mayor parte de España. El eclipse será visible en Norteamérica, Centroamérica y norte de Sudamérica, en el extremo noreste de Asia, y en el extremo ´ oeste de Africa y Europa, incluido España.  Como podemos ver en el gráfico, el eclipse será total en una pequeña franja de Estados Unidos. En España no será visible en lugares como Santiago de Compostela, Coruña, Murcia, Alicante, Valencia, Barcelona o Gerona ni en las Islas Baleares. Las mejores condiciones de observación, como he comentado anteriormente se darán en las Islas Canarias. A continuación se indican la hora local en la que comenzará el eclipse para algunos lugares de España y la altura del Sol en el momento del comienzo del eclipse.



Hora de incio del eclipse en algunos puntos de España

En los lugares delimitados por las líneas será visible parcialmente el eclipse de Sol

Paso de la sombra del eclipse por la Tierra


La proyección es el mejor método para observar al Sol
De cualquier forma para aquellos que puedan disfrutar de su observación hay que recordarles que BAJO NINGÚN CONCEPTO HAY QUE MIRAR AL SOL DIRECTAMENTE. Les aconsejo que accedan al post que escribí para el eclipse parcial de marzo de 2015 donde figuran las instrucciones de observación generales y los medios aconsejados para ella. 

Un eclipse de Sol no se ve todos los días aunque en esta ocasión la observación sea ¡por los pelos!.Tendremos unas muy buenas oportunidades de disfrutar de eclipses visibles en España. De hecho el próximo eclipse total de Sol será el 12 de agosto de 2026  y el 26 de enero de 2028 podremos ver uno anular. ¡¡Suerte y buenas observaciones!!


viernes, 11 de agosto de 2017

Un triángulo en una medianoche de verano



No hay nada más bonito que observar el cielo estrellado en un lugar oscuro. Si lo compartimos con quienes queremos es, además, maravilloso. A veces no es posible estar acompañado de quien deseas pero no te faltará acordarte de esa o esas personas con quien te gustaría disfrutar de lo que estas viendo. La Astronomía tiene esa virtud. No sólo es una Ciencia romántica (quizá la que más) sino que además es cautivadora y aglutina a las personas que, de cualquiera de las formas, nos dedicamos a ella. La Astronomía genera pasión.

Imagínate un lugar oscuro en cualquier noche de verano. El Sol se puso y las luces crepusculares han desaparecido. Ya has cenado, es medianoche y sales fuera de la casa, hay buena temperatura y no pierdes la ocasión de disfrutarla que luego llena el invierno. Miras arriba. Lo que ves es todo un espectáculo. Ves una banda nubosa que cruza el cielo de lado a lado. La distingues con precisión, lo sabes, es la Vía Láctea, "el camino de Santiago". Ves estrellas débiles y brillantes, algunas bastante brillantes. La Luna ya se puso (o aún no ha salido, no lo sabes) y el cielo está oscuro y sin una sola nube. Ves como las estrellas forman entre ellas distintas configuraciones y tratas de reconocer alguna constelación pero no recuerdas sus formas o no las conoces. De pronto caes en la cuenta que hay tres muy brillantes en el cielo que forman un triángulo. ¿Qué serán? ¿Forman parte de una constelación? Tienen varias estrellas alrededor que también son brillantes, una de ellas parece cortejada por dos estrellas, la otra parece formar parte de una gran cruz y, ¡qué curioso! de la más brillante de las tres parece colgarle un rectángulo. ¡Es fascinante! Te vas a la cama con la visión de ese triángulo que parece pintado en el cielo para que tu lo admires. 

A la mañana siguiente recuerdas tu observación y decides que, cuando estés tranquilo buscarás información sobre ese triángulo en el cielo. Y te sorprendes cuando encuentras que son las tres estrellas más importantes de tres constelaciones diferentes y que a ese asterismo se le conoce como "El Triángulo de Verano".



La primera persona que hizo mención de ese nombre fue un astrónomo poco conocido llamado Owald Thomas en el primer cuarto del pasado siglo XX. El Triángulo de Verano se alza alto sobre el horizonte en la medianoche de los cielos de agosto para los habitantes del hemisferio norte. Es visible hasta bien entrado noviembre y vuelve a aparecer en los momentos previos a los amaneceres primaverales en el mismo hemisferio. Está formado por tres estrellas que por orden de brillo son Vega (la más brillante), Altair y Deneb, estas tres estrellas son, respectivamente, las principales de las constelaciones de la Lira, el Águila y el Cisne. Vega y Deneb formarían la imaginaria base del triángulo y Altair el vértice opuesto. Todo ello con el fondo majestuoso que siempre ofrece la Vía Láctea

El brillo de las estrellas se mide en magnitudes. Cuanto mayor es el brillo menor es la magnitud. Así, Vega, la más brillante del triángulo es de magnitud 0, Altair brilla con magnitud  0.8 y Deneb, la más débil de las tres, lo hace con magnitud 1.2. Las estrellas más débiles que puedes ver a simple vista desde un cielo oscuro alejado de las ciudades son de magnitud 6. También existen magnitudes negativas, Venus por ejemplo tiene magnitud -4.4, la Luna, -12 y el Sol -27. Aquí puedes encontrar más información sobre el brillo de las estrellas.

Comencemos fijándonos en Vega. Es la estrella más brillante de la constelación que conocemos con el nombre de Lira. Si te fijas, Vega parece estar acompañada de un rectángulo inclinado. Los antiguos griegos se basaban en su mitología para inventar constelaciones y ponerle nombre a sus estrellas (algo que también harían los árabes siglos después). Pensaron que Vega y ese rectángulo (junto con algunas estrellas más de sus alrededores) parecía la Lira que llevaba Orfeo, uno de los Argonautas que acompañó a Jason en busca del Vellocino de Oro, y cuyo sonido dejaba extasiado a toda criatura que lo escuchase. La mitología de las constelaciones está llena de historias encantadoras pero, obviamente, no tienen nada que ver con la realidad. La realidad que muestra la Ciencia nos dice que Vega se sitúa a 25 años luz de nosotros, que es una estrella casi 40 veces más luminosa que nuestro Sol. Curiosamente fue la primera estrella fotografiada (después de nuestro Sol) hecho que consiguieron enl 17 de julio de 1850 William Bond y Jhon Adams Whiple desde Harvard. También fue la primera estrella (insisto, después de nuestro Sol) de la que obtuvimos su espectro. Y si has visto la película de ciencia ficción, "Contact" (estrenada hace ahora 20 años), Vega es la "estrella" principal del argumento.


Si viajamos ahora a la otra estrella que forma la base del triángulo nos encontraremos con Deneb. Esta estrella es la más brillante de la constelación del Cisne, una constelación que también se le conoce como Cruz del Norte por su marcada forma. No es fácil ver la forma pero los árabes le dieron el nombre de Deneb que significa "la cola del ave". Deneb es una estrella blanca realmente inmensa, es una supergigante. Está situada a más de 1400 años luz de nosotros, es decir, la luz que ves ahora partió de allí en la época de los visigodos. A pesar de la distancia la observamos como una estrella de primera magnitud siendo casi 55.000 veces más luminosa que nuestro Sol y más de 100 veces más grande. Si estuviese a la distancia del Sol llegaría hasta la órbita de la Tierra y evidentemente no existiríamos. Dentro de unos 10.000 años Deneb estará muy cerquita del polo norte, a una distancia equivalente a 14 Lunas llenas del polo cardinal.

Y finalizamos nuestro viaje por el triángulo de verano con la estrella Altair, la más brillante de la constelación del Águila y la más cercana a nuestro Sol de las tres, se sitúa "tan solo" 16 años luz de distancia. Es unas 11 veces más luminosa que nuestro Sol y se caracteriza por rotar muy rápidamente, en seis horas y media realiza un giro completo, en el tiempo que la Tierra da una vuelta asímisma, Altair casi da cuatro. Parece asombroso que todos estas inmensas esferas de gas caliente y con violentos movimientos resulten realmente preciosas en nuestro cielo estrellado. ¡Pero es así!


Ya aprendiste que era ese bonito triángulo que observaste la pasada medianoche. Desde ese lugar oscuro has reconocido las constelaciones a las que pertenecen las estrellas que lo componen. Es reconfortante aprender y más aún del firmamento. Aunque cuando regreses de esa bonito lugar donde el cielo es oscuro, las estrellas parecerán haberse perdido por la contaminación lumínica de tu ciudad, te asomarás a la ventana de casa y mirarás hacia lo más alto del cielo esta otra medianoche de verano. Y ahí estará el triángulo de verano, tu triángulo. Apenas verás la mayoría de las estrellas de cada constelación pero sí tu triángulo. El que te abrió las puertas a profundizar en los secretos del Cosmos y te enamoró de la Astronomía para siempre en una medianoche cualquiera del verano.



martes, 8 de agosto de 2017

Perseidas 2017: Una lluvia que "calará" poco este año.


Si hay alguna actividad astronómica que no pasa desapercibida en cualquier verano esa es la lluvia de estrellas fugaces conocidas con el nombre de las Perseidas. Para este año la Luna en Cuarto Menguante dificultará las observaciones, no obstante, desde un cielo oscuro podremos ver algunos de los meteoros más brillantes que aparezcan. Según la International Meteor Organization  el máximo está previsto para este año 2017 entre las 14hTU del día 12 de agosto y las 02h30TU del domingo 13 (dos horas más tarde para el horario peninsular español). Conviene recordar que los meteoros pertenecientes a las Perseídas se observan de manera más acusada desde varios antes y después del máximo.En cuanto al número de meteoros por hora, a pesar de lo que suele decirse en muchos medios de comunicación (con cierto tono sensacionalista) en unas condiciones muy buenas de cielo y sin que la Luna molestara suelen detectarse unos 100 meteoros por hora en promedio, aunque el pasado año esta cifra se sobrepasó. También los bólidos (meteoros muy brillantes) se hacen presentes en estos días y suelen ser llamativos para el observador por su alto brillo. La Luna aparecerá en la medianoche del 12 al 13 de agosto iluminada un 70 por ciento lo que mermará bastante la oscuridad del cielo nocturno y por ende la observación de los meteoros no brillantes.

LAS PERSEIDAS

La lluvia de meteoros de las Perseidas está relacionada con el cometa 1862 III conocido también como 109/P Swift Tuttle. Cuando este cometa pasa por las cercanías del Sol su superficie se activa merced a la acción del viento solar, quien logra que se desprendan gases y partículas del cometa que suelen quedarse en una zona del espacio como si de un recuerdo del paso del cometa se tratara. Esa acumulación de polvo gira también alrededor del Sol a modo de nube formando lo que se llama un enjambre de meteoros.

La Tierra, a lo largo de su traslación anual alrededor del Sol, cruza en ocasiones esos enjambres de meteoros, residuos de material cometario, interaccionando con ellos y produciéndose lo que conocemos como lluvia de meteoros o lluvia de estrellas fugaces. Cuando uno de estos residuos de polvo (del tamaño de un grano de arena) toma contacto con la atmósfera terrestre la partícula produce un destello luminoso conocido como meteoro. Este fenómeno se produce a unos 100 kilómetros de altura, pero a veces las partículas son mayores y logran alcanzar la superficie terrestre en cuyo caso reciben el nombre de meteoritos.

Estas zonas de partículas que la Tierra cruza tienen su contrapartida en la esfera celeste. Así, en el caso de las Perseidas, cuando nuestro planeta atraviesa la zona residual dejada por el cometa Swift Tuttle los meteoros parecen salir de una zona situada entre las constelaciones de Perseo y Casiopea, esa zona es lo que se conoce como radiante. Cuando un radiante está en la constelación de León, por ejemplo, la lluvia originada por el mismo recibirá el nombre de Leónidas; otro situado en Géminis originará las Gemínidas y así de manera general.

Existe un parámetro que define la actividad de una lluvia de meteoros, es el conocido como THZTasa Horaria Zenital. Se trata del número de meteoros por hora que podría observarse en unas condiciones óptimas de cielo y con el radiante en el cenit. Normalmente se da el número de meteoros por hora para hacernos una idea de la actividad de la lluvia, dicho número abreviado como THZE es en el caso de las Perseidas de unos 100-120 meteoros por hora. Obviamente ese número variará -y mucho- si observamos desde el centro de una ciudad contaminada o desde la cima de una alta montaña. El pasado año 2016, se alcanzaron casi 200 meteoros por hora.


LA OBSERVACIÓN

Aunque el máximo se da la noche del 12 al 13 de agosto, los cuatro días previos y posteriores también suelen resultar muy interesantes como hemos mencionado en la entrada de este post Es más durante esos días también podremos observar la presencia de bólidos los cuales son unos meteoros muy brillantes y más consistentes físicamente. Partiendo del análisis de las observaciones de anteriores años, el máximo este año se daría, como hemos indicado, el 12 de agosto entre las 14:00 y las 02:30 horas del día 13 en Tiempo Universal (dos horas más para la península Ibérica y una más para las Islas Canarias). No obstante desde la medianoche podremos comenzar a realizar observaciones de interés. 

La primera recomendación de todas es ir con ilusión a un lugar que sea oscuro. De lo contrario perderemos muchísimo de lo que puede dar de sí esta lluvia. La segunda es proveerse de abrigo y de comida porque la noche puede ser larga y las condiciones ambientales y fisiológicas variarán. La tercera, y no menos importante, es poner nuestro reloj en hora desde la tarde antes coincidente con alguna emisora de radio o a través de alguna web que nos lo permita. Yo aconsejo las señales horarias indicadas por Radio Nacional de España o las ofrecidas por alguna web como las del Observatorio Naval de los Estados Unidos. La última recomendación es situar el radiante en el cielo. En la siguiente imagen, procedente de la International Meteor Organization todo un referente mundial en el estudio de meteoros, podremos ver como se va desplazando a lo largo de todo el período de observación de las Perseidas.

Desplazamiento del radiante de las Perseidas (IMO)

Pues bien, ya tenemos localizado el radiante en el cielo. Ahora seleccionaremos una zona situada a unos treinta grados del radiante, lugar desde donde parecen provenir los meteoros y como mínimo a una distancia igual de altura sobre el horizonte. (Para recordar como medir ángulos en el cielo podemos visitar esta entrada). Los meteoros que parezcan provenir del radiante serán perseidas y los denominaremos PER, los que no, les llamaremos esporádicos (SPO). Muchos observadores se centran en la constelación de Pegaso o de Cefeo para la observación de esta lluvia, personalmente, lo haré en la segunda.

Simulación del radiante de las Perseidas con Stellarium
Se trata de contar el número de meteoros que observemos. Para ello observaremos la zona del cielo a intervalos de 5 minutos. Registraremos el meteoro indicando la magnitud del meteoro en una libreta o, mejor aún, en una grabadora. 

Pero antes de todo eso tendremos que saber la magnitud límite que podremos observar en el cielo que tenemos, la cobertura nubosa y por supuesto el centro de visión que hemos elegido, en el caso del ejemplo Pegaso o Cefeo. Pero, ¿cómo se hace todo eso?




- MALE

MALE es el acrónimo de Areas de Magnitud Límite Estelar. Se trata de zonas determinadas que nos permiten conocer la magnitud más débil de las estrellas que podemos observar en el cielo. Es fundamental el conocimiento de MALE si queremos hacer un trabajo serio. Esta estimación la realizaremos al comienzo de la noche de observación.

Seleccionaremos una carta de la zona del cielo que vamos a observar de las ofrecidas por la International Meteor Organization y que componen el Atlas Brno, aquí. En dicho enlace veremos fotos en jpg y que también cartas que pueden descargarse en pdf. Vamos a tomar como ejemplo la zona de Cefeo que se corresponde con la carta 7 y que triangula la zona entre las estrellas Alfa, Beta y Delta de Cefeo:



Contaremos ahora las estrellas que podremos ver dentro de ese triángulo y le sumamos las tres más brillantes que lo componen. Podemos repetir esta operación varias veces y hacer la media.  Por ejemplo, si hemos observado 13 estrellas en la tabla, anotaremos "Triángulo 7, 13 estrellas" Al día siguiente podremos comprobar en las tablas que siguen en esa página la magnitud límite estelar que hemos podido observar será 5.95 lo cual no está nada mal si prestamos atención al hecho de que las estrellas más débiles que podemos observar a simple vista son de la sexta magnitud.


No hay que ceñirse a un solo triángulo, es conveniente iniciar la noche con la estimación del MALE en varios triángulos para tomar una medida más exacta y científica. Siguiendo con los ejemplos de zonas de observación dados anteriormente, la carta 6 equivaldría a la zona de Pegaso.

- Cobertura Nubosa

La estimación de la cobertura nubosa del cielo consiste en saber el porcentaje de cielo que está cubierto de nubes. Personalmente empleo el método de las octas. Es decir, divido el cielo en ocho partes y calculo cuantas partes -entre ocho- estan cubiertas. Así, si estimo dos octas, el cielo estará cubierto un 25%, si lo está cuatro octas un 50%, etc. 

- El Centro de Visión

Para la zona de observación indicaremos alguna estrella de referencia o algún triángulo como el de Cefeo o el de Pegaso, o si queremos elegir alguna zona del Cisne. Solo se trata de hacer referencia a la zona. Recordemos que tiene que estar alejado unos treinta grados del radiante y una distancia igual o superior a la altura sobre el horizonte.

Ya está ahora tenemos determinados los parámetros básicos al inicio de la observación. Continuemos.

¡A CONTAR PERSEIDAS!

Ya estamos listos. Ahora vamos a ponernos cómodos, dirigir nuestra vista al centro de visión que hemos elegido y a intervalos de cinco minutos iremos anotando,o mejor, grabando los meteoros que vemos. Insisto, si se ve un meteoro procedente de la zona del radiante indicaremos PER de Perseidas, de lo contrario (o ante la duda) SPO de esporádico. 

La magnitud del meteoro la podremos comparar con alguna estrella brillante del cielo que pueda servirnos de guía, si no sabemos su magnitud en ese momento, ya la consultaremos a la mañana siguiente, lo importante es la referencia. No es necesario afinar mucho con decimales, podemos hacer un cálculo de media en media magnitud a la hora de elegir las estrellas. Por ejemplo:




VEGA - (Alfa Lyrae) - 0.0; 
CAPELLA - (Alfa Aurigae) - 0.7; 
ALTAIR - (Alfa Aquilae) - 0.8; 
DENEB - (Alfa Cygni) - 1.2; 
Beta Tauri - 1.7; 
Alpha Persei - 1.8; 
Alpha Arietis - 2.0; 
Alpha Cassiopeiae, - 2.3; 
Alpha Cephei - 2.4
Alpha Pegasii - 2.5

Podemos conseguir más estrellas de referencia en la red o en cualquier libro básico de Astronomía como los que expongo aquí

Si no tenemos experiencia no es necesario indicar la magnitud pero sí cuántos meteoros hemos observados y la estimación de la MALE y de la cobertura nubosa. También indicaremos si el paso del meteoro deja un rastro nebuloso que conocemos como estela. Todo eso en cinco minutos, anotaremos el tiempo, descansaremos y vuelta a empezar. Son importantes los períodos de descanso pues afrontaremos un nuevo período de observación con mejor intensidad.

Podremos estar así dos o tres horas o toda la noche pero ¿qué hacemos con nuestras observaciones? Pues en primer lugar no abandonarlas. Si hemos tenido en cuenta el valor de la MALE, la cobertura nubosa, el centro de visión y hemos contado el número de meteoros en los períodos de observación que hemos establecido, ya tenemos el trabajo bien hecho. Si además hemos perfilado nuestras observaciones incluyendo la magnitud o si era visible o no estela en ellos, mucho mejor. Os sugiero que entreguéis vuestras observaciones a la IMO referida antes y entrar en este enlace o también que os pongáis en contacto con SOMYCE una entidad española realmente buena dedicada al estudio de los meteoros y cometas que he seguido durante toda mi afición desde su creación y que me transmite la máxima seriedad. 


FOTOGRAFIAR PERSEIDAS

Pues tampoco es mala idea fotografiar perseídas. Se puede usar cualquier cámara digital reflex que disponga de posición B y al menos permita disparar con una ISO800 o superior. Lo idóneo son exposiciones de 15-20 segundos a ISO1600, incluso aumentar el tiempo de exposición si podemos disfrutar de un buen cielo.

Es aconsejable usar un objetivo que de el mayor campo posible y con la menor focal posible. Por ejemplo un objetivo básico de 50mm a 2.8 dará buenos resultados. Cuánto menor sea la focal mejores resultados obtendremos.  Podemos hacer un buen seguimiento de la lluvia si dejamos a la cámara fotografiar continuamente. Aunque requeriremos una buena batería cargada y algunas tarjetas de memoria. Es siempre aconsejable fotografiar en el formato de archivo RAW  si no podemos, al menos en JPG a la máxima resolución. Luego podremos usar el programa Startrails para superponer las imágenes y hacer preciosas y útiles composiciones de nuestra noche de seguimiento.







NOTA FINAL

En esta entrada se han dado los aspectos básicos para que la observación contenga utilidad científica. No debemos dejar la oportunidad de colaborar. No creamos que todo está descubierto, nuestra afición puede ayudar a conocer más una lluvia de meteoros que necesita ser estudiada. Su estudio, de hecho, ha sido más intenso desde la década de lo setenta del pasado siglo XX. Pero si no quieres participar tan "activamente", no importa, disfruta del cielo, de los buenos momentos que te dará y de la ilusión que genera su observación, y si quieres, te animo a que compartamos tus impresiones, observaciones o fotografías en este blog. El cielo te muestra el espectáculo, ¡disfrútalo!

viernes, 4 de agosto de 2017

Un paseo alrededor de Antares.

La magnífica zona del cielo ocupada por Antares en el Escorpión


El siempre agradable cielo de verano nos permite contemplar multitud de objetos con bastante tranquilidad. El firmamento nos ofrece constelaciones realmente preciosas en esta época del año que, al recorrerlas, nos dejan una sensación de placidez. Una de ellas es la constelación de Scorpio (El Escorpión). Su característica forma, muy similar a la del arácnido, esconde algunos rincones dignos de ser observados con unos simples prismáticos. Su estrella principal, Antares, ("Anti-Marte") ya destaca por su particularidad pero sus alrededores no dejan de ser menos interesantes. En este post, daremos un breve paseo alrededor de Antares. y te animo a hacerlo con unos pristmáticos en una de estas cálidas noches veraniegas.



ANTARES

Antares. Su nombre proviene de Anti Ares y hace referencia al "rival de Marte" por su color y brillo y porque tanto la estrella como el planeta se encuentran en el cielo cada dos años aproximadamente. Se conoce que los egipcios la tuvieron muy en cuenta a la hora de construir sus templos estando, algunos de ellos, preparados para que la luz de esta supergigante roja pudiera verse desde ellos.

Es visible desde ciudades con mucha polución con un color anaranjado centrando la constelación del Escorpión. Brilla como una estrella de primera magnitud pero realmente su brillo es variable en tres décimas (de la 0.9 a la 1.2), hecho en ocasiones se ha mostrado más débil que estos tiempos como ya se publicó en este post del blog. Es una estrella casi 900 veces mayor que el Sol (en nuestro Sistema Solar sobrepasaría la órbita de Júpiter), con 15 veces su masa y 10000 veces más luminosa. Se encuentra situada a unos 550 años luz de nosotros. Es posible que un futuro lejano Antares explote como una supernova.

Antares y Marte



CÚMULOS GLOBULARES EN LOS ALREDEDORES DE ANTARES

Tomemos ahora unos prismáticos o un pequeño telescopio y demos un paseo por sus alrededores. Podremos observar tres cúmulos globulares, dos de ellos muy asequibles y el tercero puede convertirse en un reto para ser observarlo con pequeño instrumental. Se tratan de los cúmulos M4, M80 y el más débil del trío, NGC 6144.

Pero, ¿qué es un cúmulo globular? A grandes rasgos es una concentración esférica de cientos de miles de estrellas en la parte final de sus vidas que se encuentran unidas entre sí gravitacionalmente y que orbitan en torno a las galaxias.Detallemos, uno por uno, los tres cúmulos globulares que queremos observar en las cercanías de la estrella Antares.

Carta de Localización de los tres cúmulos globulares


M4


Zona del cielo de Antars, M4, a la izquierda de Antares y NGC 6144 arriba de la estrella


Comencemos con el cúmulo más brillante de la zona. M4 fue inicialmente observado con detenimiento por el francés Chéseaux en 1746 y 18 años después lo incorporó Messier a su romántico catálogo. También recibe la designación de NGC 6121. Se sitúa a un grado y medio al "sureste" de Antares. Brilla con magnitud 5.6 y en cielos realmente oscuros pueden verse a simple vista. Yo lo he conseguido ver sin ayuda instrumental en ocasiones. Aunque su tamaño (35´de arco) lo hace casi tan grande como el de la Luna Llena con nuestro instrumental lo veremos más reducido pero, aún así, es un objeto de cielo profundo destacado.

Cuando lo observas con unos prismáticos o un pequeño telescopio se distingue como una mancha borrosa sin detalles alguno y con cierto aspecto amarillento, pero si usas un telescopio de mayor diámetro se pueden distinguir estrellas individuales pertenecientes al cúmulo de magnitudes 11 y 12. De hecho M4 fue de los primeros cúmulos en distinguirse estrellas pertenecientes a él. La luz que observas de él partió hace más de 7000 años, cuando la agricultura empezaba a asentares en los valles del río Eúfrates.

Merece la pena observarlo porque no tiene pérdida, siendo visible desde cielos urbanos sin excesiva contaminación.



M80

M80 fotografiado desde el centro de la ciudad de Sevilla


El siguiente cúmulo globular tiene magnitud 7.2 y se sitúa a 33000 años luz de nuestro Sol. Fue descubierto por Charles Messier en 1781 (incluido en su catálogo con el número 80) y tiene un diámetro de unos 95 años luz. Se puede observar a unos cuatro y grado y medio al "noreste" de Antares. Es un cúmulo globular con alta densidad de estrellas que también recibe la designación de NGC 6093. Una de ellas se convirtió en nova en 1860 llegando a alcanzar la magnitud 7.0 Para su observación se requiere de unos prismáticos medianos o mejor aún, un pequeño telescopio, pero no es complicado verlo a pesar de no ser demasiado grande, ocupa unos 9 minutos de arco en fotografías.

Se sitúa a mitad de camino entre Antares y Graffias (Beta Scorpii), en concreto a casi cuatro grados y medio al noroeste de Antares. Nos podrá parecer un cúmulo globular pequeñito en comparación con M4 pero, pese a su tamaño, es un objeto brillante. Su núcleo es muy denso y luminoso, siendo la diferencia de luz entre el centro del cúmulo y el borde (lo que se conoce como gradiente luminoso) muy acusada. Este efecto puede verse usando un telescopio pequeño (de 80mm en adelante) y con medianos aumentos. El núcleo resulta muy brillante debido a la gran cercanía de las estrellas que lo componen. En este cúmulo se han observado dos novas. Una de ellas, en 1860, la llamada T Scorpii, alcanzó la magnitud 7.0 (más brillante que todo el cúmulo) y pudo ser observada durante casi un año.


NGC 6144

Situado a medio grado de Antares, el tercer cúmulo globular que vamos a observar es el más débil y pequeño de todos. Su magnitud es 9.6 y su diámetro no llega a dos minutos de arco. Esto supone que, aquí si, deberemos usar un telescopio. Aconsejaría uno de 80 mm de diámetro al menos para detectarlo y diámetros mayores para observarlo con detalle. Este cúmulo también se encuentra a una distancia "similar" al anterior, en torno a 30.000 años luz de nosotros y su diámetro es de unos 70 años luz. El observarlo con medios modestos es un reto no imposible y además, una vez que se consigue nos llenará de gratitud. Puede verse como una pequeña manchita casi estelar.

Zona ampliada de M4 y NGC 6144 en la parte superior de la fotografía


La constelación del Escorpión nos ofrece muchos objetos de interés que iremos tratando poco a poco en este blog pero no dejemos pasar la oportunidad de observarla en esos días de vacaciones en los que podamos disfrutar de un cielo limpio. ¡Nos sorprenderá!