domingo, 10 de noviembre de 2019

Tránsito de Mercurio: 11 de noviembre



Durante esta semana, y yo diría que de lo que queda de invierno, el fenómeno astronómico que no debemos perdernos es el Tránsito del disco de Mercurio por delante del Sol el lunes día 11.  
Se le denomina tránsito de un planeta por el disco del Sol cuando, visto desde la Tierra, el planeta cruza el disco de la estrella destacándose la sombra del mismo por delante del disco solar. Para que ello ocurra el planeta, la Tierra y el Sol deben estar alineados y además deben situarse cerca de la intersección de los planos de las órbitas de la Tierra y del planeta. Los planetas que nos brindan estos fenómenos son Mercurio y Venus. En el caso de Mercurio, el que nos ocupa en esta ocasión, los planetas se alinean cada 116 días por lo que de no ser porque los planos de las órbitas están separados 7º habría un tránsito cada ese periodo de tiempo.
Los tránsitos de Mercurio se suelen dar durante los mes de mayo y noviembre, en unos días en concreto en los que la situación de la Tierra, Mercurio y el Sol es óptima. En mayo, Mercurio se sitúa más cerca de la Tierra quien a su vez también está más lejos que el Sol que en noviembre, por tanto los tránsitos que suceden en mayo resultan más favorable para su observación. Suelen ocurrir cada 3, 7, 9.5, 10 o 13 años sin una fecha en concreto. Por ejemplo, el tránsito anterior que fue visible ocurrió el 9 de mayo de 2016 cuya fotografía aparece en la cabecera del texto y el próximo que podremos observar ocurrirá el 13 de noviembre del año 2032. Se trata pues de un fenómeno extraordinario.
El fenómeno durará casi cinco horas y media iniciándose a las 12h35 TU (una hora más en el horario peninsular español) cuando Mercurio “entre” por el borde solar oeste. Dos minutos después el pequeño disco del planeta ya estará inmerso en el disco del Sol y lo irá recorriendo, casi por toda su parte central, hasta las 18h04 TU aunque para ese instante el Sol ya se habrá ocultado en la Península (no así en Canarias y al igual que en Latinoamérica). Presentamos aquí la trayectoria extraída de la fantástica página, www.eclipsewise.com de Fred Espenak  

El planeta aparecerá como un pequeño puntito sobre el disco solar y lo podremos observar con un pequeño telescopio e incluso fotografiar con un teleobjetivo siempre y cuando pongamos las ADECUADAS MEDIDAS DE SEGURIDAD PARA NUESTROS OJOS que están explicadas aquí. Por favor no dejéis de leer esas recomendaciones fundamentales para su observación, la observación directa del Sol puede dejarnos con gravísimas lesiones en los ojos.
Recordemos que se trata pues de un fenómeno extraordinario digno de observarse (siempre con cuidado) y que históricamente tuvieron mucha utilidad para el desarrollo de determinados aspectos de la Mecánica Celeste.  Básicamente es el mismo fenómeno que seguimos cuando intentamos buscar exoplanetas alrededor de estrellas. Tenemos varias horas para seguirlo, si tienes la oportunidad de hacerlo, ¡inténtalo.!

martes, 5 de noviembre de 2019

Una mirada al Mar de las Crisis


Como me gusta ver a la Luna así. Es una fotografía sin pretensiones pero esta visión me recuerda a aquellos atardeceres después de salir de mi querido instituto. El óvalo que ves en la Luna hacia la mitad es el Mar de las Crisis, mi zona preferida de la Luna. Aquí acabó la fantástica exploración lunar de los años 70.


En agosto de 1976 la sonda soviética "Luna 24" realizó unas excavaciones que llegaron a los dos metros de profundidad para obtener muestras de la tierra lunar que llegaron a la Tierra con éxito. Entretanto, ahí tenemos a este oscuro Mar. Bello y delicado a la vez en nuestra querida Luna. Siempre preciosa.

martes, 24 de septiembre de 2019

Neptuno y el otoño de 1846



Recién estrenado el otoño de 1846, el astrónomo alemán Johann G. Galle trabajaba en el observatorio de Berlín. Los movimientos del planeta Urano no convencían a los astrónomos y presagiaban la existencia de otro planeta aún no conocido pero responsable de sus perturbaciones. Otros astrónomos, Urbain Le Verrier y John Couch Adams habían predicho su posición en el cielo en un alarde matemático sin precedentres un año antes. Ellos le dijeron a Galle donde podía situarse el planeta que buscaban y le animaron a buscarlo en la posición que indicaron con su telescopio. La madrugada del 23 al 24 de septiembre de 1846, el Sistema Solar que conocíamos, se amplió. Galle acababa de descubrir el planeta Neptuno. Aún recuerdo esta imagen que tomó la sonda Voyager 2 en el verano de 1989, casi un siglo y medio después, no se me olvidará nunca. ¡Qué grande es la Ciencia y que bonita la Astronomía!

miércoles, 18 de septiembre de 2019

La Galaxia de Andrómeda y el Otoño



Si algo anuncia el otoño para mi es la Galaxia de Andrómeda. La luz que llegó a mi cámara ha tardado más de dos millones de año en llegar: no existíamos ni como especie. Si te fijas, arriba hay una galaxia satélite de ella, también espiral, y abajo hay otra con forma elíptica. Todo el conjunto puede disfrutarse las noches de otoño con un pequeño telescopio desde cielos oscuros. Es nuestra vecina en el Cosmos y se acerca a 300 kilómetros por segundo a nosotros. Una preciosa parte de la historia de la Astronomía la tiene como protagonista y es que, no es para menos, ¿verdad?

sábado, 20 de julio de 2019

Tres semanas por nacer

El astronauta Buzz Aldrin en la Luna


---


Me faltaban tres semanas por nacer. Mi padre me contaba que en la casa del barrio humilde donde vivían, se aglutinaban muchos vecinos en torno al primer televisor que había comprado con mucho esfuerzo para ver la llegada del hombre a la Luna aquella madrugada del 21 de julio de 1969 en Sevilla. Era un televisor Vanguard, en blanco y negro, curiosamente Vanguard es el nombre del satélite más antiguo que permanece en órbita (en concreto desde 1958). Mi padre jamás puso en duda tal hazaña y me hablaba cuando yo era pequeño de la cantidad de cosas nuevas que habíamos conseguido con "la Conquista del Espacio". Yo hubiese dado algo por vivir ese momento, y por supuesto, con mi padre.

He querido buscar como sería el cielo nocturno que, horas antes de que el hombre llegara a la Luna, pudo ver mi familia y sus vecinos en aquella tórrida y reunida noche de julio. La Luna se encontraba creciendo, iluminada algo más de un 30 por ciento de su disco. A poca distancia, hacia el oeste, Júpiter brillaba destacado y justo un poco al sur del planeta gigante, se situaba muy cerca, el planeta Urano, un planeta que visitaríamos con las sondas Voyager 2 a finales de enero de 1986 y que, esta vez sí, pude ver en directo. Para identificar Urano se necesitarían unos prismáticos que no siempre se tenían en aquellas casas.  Este sería el cielo que hubiesen visto mis padres:




No sabría calcular cuantas veces he visto las imágenes en vídeo del alunizaje, y tampoco se cuantas veces las veré más pero lo que si está claro es que para mi constituyó una grandísima hazaña y el comienzo de una fascinación permanente por la Luna. Recuerdo que llegó a mis manos un libro de una colección de divulgación científica de la Biblioteca PEPSI, si de la Pepsi-Cola, sin ir más lejos. El libro era "novedoso" en tanto en cuanto se había publicado un año y medio después del alunizaje, en 1971. Lo vi sentado en uno de los balcones de mi casa cuando tendría 8 o 9 años, no recuerdo. Pero varios años después lo recuperé y lo leí por primera vez. Me resultó fascinante. Fueron tiempos donde le preguntaba a mi padre, una y otra vez, qué se decía en la calle, en la televisión, qué comentaban en la calle o en los bares, como había vivido todo aquello él mismo. Y lo había vivido con interés e ilusión. Sin lugar a dudas. La misma ilusión con la que yo me sentaba en una escalera metálica en la azotea de casa para observar a la Luna con un telescopio de cartón y la misma con la que estoy disfrutando estos días a los cincuenta años de esa gran proeza.



Con un trasfondo político sin precedentes, la llegada del hombre a la Luna repercutió de manera destacada en como vivimos hoy día, como nos comunicamos o como hemos ganado en comodidad por citar algunos ejemplos. Y es que, para conseguir ese objetivo, hubo de aplicarse mucho en Ciencia y en Técnica. Precísamente hoy, en un mundo donde parece ser "interesante" ir en contra de la verdad científica (la única coherente), abanderarse de criterios conspiranoicos y absurdas creencias en pleno siglo XXI, la educación y la enseñanza son los baluartes más claros que tenemos para seguir progresando y llegar tan lejos como lo estamos haciendo con la exploración del Espacio. Debemos enseñarle la Luna a nuestros hijos y contarle cosas sobre ella, puede que algún día les interese y puede ser que queden fascinados por la Ciencia e incluso puedan volver a ver una nueva llegada del hombre a la Luna. ¿Quién sabe? Eso sí, a aquellos que lo vean les envidiaré sanamente, lo comprenderán, total, a mi aún me quedaban tres semanas por nacer.


Páginas interiores del libro "La Conquista del Universo"







viernes, 19 de julio de 2019

Eclipse Parcial de Luna, 16 de julio de 2019





Todos los eclipses, sean de Sol o de Luna, nunca dejan indiferentes. Nunca defraudan. Ya sean parciales o totales, aunque si son totales, resultan mucho más maravilloso. En pasado 16 de julio, justo cincuenta años después de que el Apollo 11 partiera hacia la Luna impulsado por el inmenso cohete Saturno V, el cielo nos brindó la oportunidad de disfrutar de un eclipse parcial de Luna. La próxima oportunidad que tendremos de observar a nuestra Luna eclipsada totalmente será en la madrugada del 16 de mayo de 2021, hasta entonces, nos queda mucho por disfrutar de nuestra compañera de viaje en el Cosmos.

jueves, 13 de junio de 2019

Un buen verano para observar Júpiter



Cada cuatrocientos días aproximadamente la distancia entre Júpiter y la Tierra llega a su mínimo, y por esos días, es visible durante toda la noche. Esta configuración planetaria recibe el nombre de OPOSICIÓN del planeta. 

A lo largo de todo éste verano la distancia entre Júpiter y la Tierra irá disminuyendo paulatinamente pero Júpiter seguirá siendo visible en la constelación de Ofíuco en las primeras horas de las noches veraniegas. Se situará cerca de la estrella Antares, la anaranjada estrella que domina la constelación del Escorpión. Sus satélites también serán visibles sin más ayuda óptica que unos simples prismáticos por pequeños que estos sean. La prensa se hizo eco de la noticia, no sin cierto aire sensacionalista, pero al menos consiguió que al público le llamara la atención. Así que a disfrutar de Júpiter durante todo el verano y, si tienes unos prismáticos pequeñitos, ¡no los desaproveches! y observa como cambian de posición sus satélites. Puedes encontrar más información sobre los fenómenos que se dan entre ellos aquí: Satélites de Júpiter.

(Crédito: NASA)

Pasemos ahora de la goma de borrar de mi hijo pequeño a esta fantástica imagen formada por fotografías tomadas por la sonda Voyager I hace 40 años.
Obsérvala. Abajo a la izquierda aparece el satélite Europa, un mundo helado increíble que nos tiene mucho que ofrecer aún. En el centro, la magnífica Gran Mancha Roja de Júpiter, un sistema tormentoso del tamaño de nuestro planeta. Y justo arriba de ella la sombra del satélite Io, un cuerpo con una gran actividad volcánica. Todo ello parece pintado en una genial acuarela ¿verdad?, pero no, es Júpiter. Cuando caiga la noche mira hacia el horizonte Sureste y allí lo tendrás: un planeta en el que cabrían 1300 Tierras y que gira alrededor de sí mismo en poco menos de 10 horas. ¡Fantástico!





domingo, 20 de enero de 2019

21 de enero: Un eclipse de Luna para madrugadores



Totalidad del eclipse lunar del 3 de marzo de 2007
En la madrugada del lunes 21 de enero será visible desde Europa, América, África pero no desde Asia y Oceanía un eclipse total de Luna. Durante el fenómeno, la sombra de la Tierra oscurecerá el disco de nuestro satélite durante una hora y dos minutos ofreciendo un maravilloso espectáculo digno de no perdernos. La Luna comenzará a oscurecerse de madrugada, hacia las cuatro de la madrugada ya se irá notando, y así sucesivamente hasta las 6:12 minutos, hora peninsular española, en la que se producirá el máximo del eclipse. Desde ese momento, y hasta el amanecer, la Luna irá volviendo a la normalidad la cual coincidirá con los primeros rayos de Sol.  ¿Será un eclipse oscuro o brillante? ¿Quieres medirlo tú?  ¡Comparte estas mediciones con los niños! Aquí te lo explicamos.

¿QUÉ ES UN ECLIPSE DE LUNA? 

Comencemos por saber qué es un eclipse de Luna, cuántos tipos existen y, por supuesto, cómo se producen.
Un eclipse de Luna es un fenómeno astronómico que se produce debido a la interposición de la Tierra entre la Luna y el Sol cuando los tres cuerpos están alineados o muy cerca de la línea virtual que los uniría. Cuando la Tierra ocupa la posición central, la luz enviada desde el Sol provoca un cono de sombra terrestre cuya proyección se divide en dos partes: la umbra (la zona más oscura) y la penumbra (la zona más clara). 

TIPOS DE ECLIPSES

En función de que zona atraviese la Luna podremos caracterizar diferentes tipos de eclipses:

Eclipse Penumbral: Aquél que se produce cuando la Luna atraviesa la zona de penumbra, ya sea todo el disco lunar (eclipse penumbral total) o parte (eclipse penumbral parcial).

Eclipse Total: La Luna atraviesa completamente la zona de umbra terrestre. Será el caso del eclipse del  que trataremos.

Eclipse Parcial: Una parte del disco lunar atraviesa la zona de umbra y el resto es ocultada por la penumbra.

CONTACTOS

El tiempo total de un eclipse de Luna está dividido en una serie de partes iniciadas por los momentos en que el disco lunar entra o sale de la penumbra y/o umbra. Estos momentos reciben el nombre de contactos. Pasamos a explicar cada uno de estos contactos simulándolos en un gráfico del eclipse que nos ocupa.


P1: (Primer contacto). El disco lunar toca (por su limbo) la penumbra terrestre. Es un momento muy difícil de observar.

U1: (Segundo contacto). El disco lunar toca la umbra terrestre. Comienza el eclipse parcial dejando, a partir de este momento de ocupar la zona penumbral. Este momento es relativamente fácil de observar.

U2: (Tercer contacto). Se inicia la totalidad del eclipse. El borde más externo de la Luna abandona la penumbra quedando el disco completamente en la umbra.

Máximo del Eclipse: Se produce cuando la superficie lunar se sitúa en el punto más cercano al centro de la umbra terrestre. En este momento se producirá la máxima ocultación del disco lunar. Obsérvese que en esta ocasión el centro del disco lunar recorre se aproxima mucho al diámetro de la sombra terrestre lo que conferirá una mayor duración al momento del máximo.

U3: (Cuarto contacto). Acaba de terminar el eclipse total y la Luna invierte los pasos anteriores. El borde más externo del disco lunar abandona la umbra. Este contacto es observable sin dificultad.

U4: (Quinto contacto). La Luna sale de la umbra terrestre y queda inmersa por completo en la penumbra. Acaba la fase parcial del eclipse. No es complicado determinar visualmente este contacto.

P4 (o P2): (Sexto y último contacto).  Fin del eclipse. La Luna sale de la penumbra y, por consiguiente, de todo el cono de sombra proyectado por la Tierra. Como el P1 es difícil de distinguir ese momento en que se produce.

La máxima duración de un eclipse total de Luna se produce cuando el centro de la superficie lunar coincide con el de la umbra terrestre. Entonces, el eclipse lunar puede durar más de seis horas desde el primer contacto hasta el último, aunque este tipo de eclipses son extremadamente raros, en el caso que nos ocupa la duración total será 5 horas y 11 minutos, una hora menos que el eclipse del pasado julio en la que se dio la máxima del siglo De ellas 3 horas y 16 minutos permanecerá la Luna en la zona de umbra. Los tiempos de contacto pueden verse en el diagrama anerior teniendo en cuenta que las horas están expresadas en Tiempo Universal y para el horario peninsular español hay que sumarle una hora (ninguna en Canarias).



Al contrario que los eclipses de Sol, un eclipse lunar puede verse desde una zona geográfica extensa y su duración, como hemos visto, es mucho mayor. Como se ha comentado al principio, el fenómeno será visible en Europa, América, África pero no en l a mayoría de Asia y toda Oceanía.



CÓMO Y QUÉ PODEMOS OBSERVAR

En primer lugar para la observación de un eclipse lunar no es necesario ningún instrumento óptico. A simple vista podemos disfrutar de este gran espectáculo que nos ofrece el cielo nocturno. Pero si queremos apreciar más detalles o hacer algunas observaciones de interés deberemos usar unos simples prismáticos o un telescopio con bajos aumentos.

Si queremos realizar algunas observaciones útiles, estas consisten en medir los tiempos de contacto reseñados anteriormente, el paso de la sombra terrestre por los cráteres y el aspecto y luminosidad de la Luna en el momento del máximo del eclipse.

¿Y para qué sirven estas observaciones? Sirven para calcular el tamaño de la sombra terrestre el cual varía de un eclipse a otro, normalmente un 2 % mayor que lo que debería ser y este valor es usado en los programas y simuladores que confeccionan efemérides de eclipses lunares. La explicación actual a este fenómeno es la aparición de capas de material absorbente en la zona superior de la atmósfera de la Tierra. Esto provocaría que existiese una correlación con las lluvias de meteoros (las cuales alimentan con su material esas mismas capas de la atmósfera) y el tamaño de la sombra. Pero parece ser que dicha correlación, sin alejarse de existir, no es del todo satisfactoria.

Tiempos de Contacto
Para todo ello, como para todas las observaciones astronómicas, debemos tener nuestro reloj sincronizado con señales horarias exactas y en Tiempo Universal. Un magnífico sitio para poner nuestro reloj "en hora" es el que ofrece el Observatorio Astronómico de San Fernando, en concreto en este enlace. Hay que empezar observando desde cinco minutos antes de los tiempos indicados, a ser posible con un pequeño telescopio (con bajos aumentos) o unos prismáticos sobre trípode. El objetivo es medir los cuatro contactos umbrales: U1 a U4. En el U1 estaremos pendientes de que aparece una primera zona oscura en el borde iluminado de la Luna; cuando no quede ningún punto brillante en el disco lunar estaremos presenciando el segundo contacto y de la misma forma, pero en sentido inverso, haremos con el tercer y cuarto contacto.

Paso de la sombra por los cráteres


Consiste en ir tomando los tiempos en los que la sombra terrestre toca el centro de cráteres lunares grandes como Aristarco, Tycho, Copérnico... y, lógicamente, cuando la sombra sale de dicho punto intermedio. Es importante insistir que el objetivo es medir sobre una línea imaginaria que dividiera el cráter en dos en los momentos de inmersión y emersión, no sobre los bordes del cráter (aunque muchos observadores lo incorporan en sus observaciones para precisar más)

La Asociación Americana de Observadores Lunares y Planetarios (ALPO) da una lista de 20 cráteres que pueden ser utilizados para ello y que figuran en el margen izquierdo de este párrafo. Éste enlace puede ayudarnos para la localización de los cráteres o en el mapa que se muestra al final de estas líneas.

Es importante familiarizarnos con la localización de los cráteres. Para ello podríamos ir buscándolo los días previos al eclipse. Además de irnos preparando para la observación del eclipse, aprenderemos nuevas zonas de nuestra vecina la Luna. Aunque aparentemente puede resultar difícil, si elegimos varios cráteres a nuestro antojo y usamos un pequeño telescopio (insisto, con bajos aumentos) podemos realizar un buen trabajo.




Luminosidad de la Luna en la Totalidad: Número de Danjon


Andrei Danjon
Aquel que haya observado un eclipse total de Luna habrá comprobado que, en su máximo, nuestro satélite adquiero un color rojizo-anaranjado. Los que han observado más de un eclipse total de Luna, habrán comprobado que esa coloración no es la misma en todos los eclipses. El color roijzo que adquiere la Luna cuando se encuentra totalmente eclipsada por la umbra terrestre se debe a la refracción de nuestra atmósfera.

Al tratarse de un efecto atmosférico depende de lo limpia que estén las capas altas de nuestra atmósfera y de las condiciones en que ésta se encuentre en los lugares geográficos en los que la luz roja se refracta en el  amanecer o en el ocaso.

A finales del primer cuarto del siglo XX, el astrónomo francés André-Louis Danjon (1890-1967) ideó una escala para medir el "brillo" de la Tierra en los eclipses totales de Luna muy usada por los aficionados y profesionales y que trata de cuantificar de alguna forma lo que observamos en la totalidad del eclipse. En virtud de las apreciaciones cromáticas que hagamos, asignaremos un número simbolizado por la letra L y que se determina entre el 0 y el 4 aunque pueden usarse grados medios como 1.5, 2.5, etc.. Estas mediciones se suelen realizar a simple vista, sin la ayuda de instrumental, aunque mediciones con prismáticos o pequeños telescopios son bien recibidas. La escala de Danjon, como se le denomina, es la siguiente:






Sistemas nubosos amplios, grandes acumulaciones de polvo en suspensión, especialmente procedente de volcanes, harán que el grado de Danjon varíe de un eclipse hacia otro. La erupción del volcán Pinatubo a mediados de 1991 parece ser que fue la responsable del oscuro eclipse producido en diciembre de 1992. Más característico fue la oscuridad del eclipse lunar del 16 de junio de 1816 donde la Luna prácticamente desapareció por completo como consecuencia de la extraordinaria erupción del volcán Támbora un año antes. Otros estudios también indican la posibilidad de cierta correlación entre la oscuridad del eclipse y la actividad solar.

En el eclipse lunar de septiembre de 2015, mi medición para el grado de Danjon fue de 1.5 (se corresponde con la imagen que figura en el apartado de fotografía en este post) y el del pasado julio, grado 2.

Precísamente a través de las redes sociales, queremos que observes con nosotros el grado de oscuridad del eclipse. A través de la página que este blog dispone en Facebook, https://www.facebook.com/elojoenelcielo/, queremos que nos escribas y nos indiques que número le das en la escala Danjon así como un comentario sobre el mismo. Para ello tendremos que observar la Luna en su fase de totalidad. Sólo tendrás que escribir el número, la hora, y tu apreciación. Anímate, imprime la tabla y las fotografías de las "lunas" con los números y participa.

¿Y AHORA QUÉ HAGO CON LAS OBSERVACIONES?

Los tiempos de contacto del eclipse así como los de los cráteres explicados anteriormente pueden ser de utilidad si se envía a un lugar que procese esos datos correctamente. Anteriormente hemos mencionado a la Asociación Americana de Observadores Lunares y Planetarios (ALPO), pues bien, a través de su sección de Eclipses ofrece la oportunidad de enviar los datos a su coordinador, Mike Reynolds, a través de una hoja de reporte en pdf prácticamente autoexplicativa (en inglés) en la que podremos poner todos los datos que hemos observado.

Este es un ejemplo de donde enviar nuestras observaciones. También podremos ponernos en contacto con el investigador el Dr. Richard A. Keen al que podemos enviarle el grado de Danjon observado en este eclipse. Y por supuesto, el blog está a vuestra disposición para compartir esas observaciones.



FOTOGRAFIAR EL ECLIPSE

Eclipse de septiembre de 2015
Algo que sin duda nos llenará de satisfacción es disponer de una secuencia fotográfica del desarrollo del eclipse completo. No es difícil conseguirla, no necesitamos lugares oscuros para ello ni es obligatorio el uso de un telescopio (aunque su uso proporcionará mejores imágenes). Vamos a centrarnos en la fotografía del eclipse con una cámara reflex normal y, si es con un teleobjetivo, aún mejor.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que necesitamos un trípode sobre el que situar la cámara y un cable disparador para activarla. Son dos elementos de los que no podemos prescindir. Si no usamos teleobjetivo yo aconsejo buscar un encuadre bonito sobre el que aparezca la Luna eclipsada en cada uno de los momentos,: árboles, montañas, monumentos, zonas nubosas... Si tenemos teleobjetivo apuntar directamente a nuestro satélite.

Lo más importante ahora es acertar con los tiempos de exposición y la ISO. Como experiencia personal suelo usar una ISO de 400 (o incluso 800) pues si uso sensibilidades menores puedo obtener la imagen de la Luna movida en los instantes cercanos a la totalidad, cuando la imagen necesite de mayor exposición. No tengo muy claro si realmente los tiempos de exposición que aparecen en algunas tablas de algunas publicaciones aciertan. Normalmente uso el siguiente sistema, algo simple pero que me da buenos resultados: En intervalos de unos 5-6 minutos, voy aplicando distintas exposiciones pues la luminosidad lunar va a ser muy variable, y luego me voy quedando con la mejor. Indudablemente esa un sistema personal basado en la prueba y el error pero a la larga suele dar buenos resultados. Pero, insisto, dada la variabilidad de la imagen lunar de un eclipse a otro, al menos en mi caso, no he encontrado otro sistema más práctico.


PRÓXIMOS ECLIPSES LUNARES

El próximo eclipse que podrá observarse íntegramente será también en la madrugada, esta vez  del 16 de mayo del año 2022. De manera que, como he comentado al principio, vale la pena hacer el esfuerzo y compartir nuestras observaciones. ¡Queda mucho tiempo para el próximo!