domingo, 23 de diciembre de 2018

10 Objetos para observar con prismáticos en Navidad







La Navidad es una época donde, en el hemisferio Norte, los cielos son muy limpios. Hace frío sí, pero la belleza del cielo de invierno supera las inclemencias del tiempo. Si a eso le unimos que podemos observar a una hora más temprana que en verano y durante más tiempo, que quizá tengamos la posibilidad de disfrutar de vacaciones, nos encontramos con muchas posibilidades de disfrutar del firmamento. Entonces, ¿para qué vamos a desperdiciar la oportunidad? ¿Tienes unos prismáticos? Pues bien, sácalos, desempólvalos y pasa a tu jardín, sube a tu azotea o disfruta en medio del campo. Vamos a observar diez objetos durante esta Navidad que puedes ver desde cualquier lugar, ya sea de la ciudad, desde el campo o la montaña. 





Existe un punto en la Luna cuyo brillo se distingue del resto. Recibe el nombre de uno de los astrónomos más grandes de todos los tiempos: Aristarco. Un sabio griego que intuyó los verdaderos movimientos del Sistema Solar. 

El cráter es la zona más brillante de todo el disco lunar y puede observarse incluso a simple vista. Aparece como un diamante en la oscura tierra del Océano Procellarum, el Océano de las Tormentas.  Qué nombre tan tenebroso pero a la vez tan bello. El cráter Aristarco tiene unos 42 kilómetros de diámetro con paredes que casi llegan a los 4000 metros de altura y un pico central de 500 metros de altura. Su brillantez hace que sea conocido como  "el faro de la Luna"

El mejor momento para su observacíón es la undécima noche en la edad lunar, y destaca perfectamente cuando se observa con prismáticos, incluso puedes observarlo a simple vista. Busca la Luna y encuentra su faro. ¡Te encantará descubrirlo!


Puedes encontrar más información en este enlace del blog.









El cielo está lleno de curiosidades y de asterismos a los que nuestra imaginación les ha ido poniendo nombre a lo largo de toda la existencia humana. Hemos imaginado cazadores, osas, flechas, leones, balanzas...e incluso personajes del cine como el cariñoso extraterrestre de la película de la década de los 80 "E.T." Es el caso del cúmulo NGC 457 (objeto 457 del New General Catalogue), también llamada "cúmulo de la libélula" o "cúmulo del Búho" pero conocido más cariñosamente por los aficionados como "Cúmulo E.T."






LOCALIZACIÓN Y OBSERVACIÓN



El cúmulo localizado dentro de la constelación de Cassiopea




El cúmulo se sitúa en la constelación de Casiopea, a dos grados al sur-sureste de la estrella Delta (Ksora) que forma parte del asterismo quebrado de la constelación y que brilla con magnitud 2.7.
Su observación es muy asequible con cualquier prismático o con cualquier pequeño telescopio, incluso, como he señalado antes, desde las ciudades. Eso sí, si vamos a trabajar con prismáticos necesitaremos un trípode para que la observación resulte lo más cómoda posible. Con unos prismáticos 10x50 he podido ver desde Sevilla una docena de estrellas de este cúmulo. Viajemos por el cúmulo observando su forma.



NGC 457 - Fotografía del autor
Los "ojos" lo forman las estrellas Phi Cassiopeia (de magnitud 5.0) y la estrella HP 6229 (de magnitud 7.0) separadas algo más de dos minutos de arco pero, curiosamente, estas dos estrellas no pertenecen realmente al cúmulo y su situación en él no es más que un efecto de perspectiva.

Podemos ver los "brazos", el izquierdo (tal y como lo vemos en la foto) puede observarse como una pequeña hilera de estrellas de novena y décima magnitud con la "mano" levantada. De la misma forma, el derecho parece ligeramente más corto y formada por estrellas también un poco más débiles (en torno a la décima magnitud). Destaca aquí una preciosa estrella anaranjada desde donde arranca la hilera de este brazo. 

El "torso" de "E.T." es más difuso pero no por ello no discernible. Una decena de estrellas de la décima magnitud le dan la forma y en la que destaca un par cerrado de estrellas débiles en el centro más apropiado para instrumental mediano. Una zona oscura da paso directamente a los "pies", destacados sobre tres estrellas de la novena y la décima magnitud.

Puedes encontrar más información en este mismo enlace en el blog.







Si hay un objeto que me gusta del cielo, ese es el cúmulo abierto de Las Pléyades. Son un conocido grupo de estrellas situado en la constelación de Tauro, del Toro. Se sitúan a doce grados al norte de la estrella principal de la constelación, la roja Aldebarán. En estas fechas, si miras al cielo del Este las encontrarás como una pequeña nubecilla de la que cuesta discernir las estrellas pero perfectamente visibles en el campo y en las ciudades.


Localización de Las Pléyades. Hemos de situarnos mirando al Este





¿Qué son Las Pléyades? Se trata de un grupo de unas 500 estrellas muy jóvenes concentradas en 11 años luz de diámetro que viajan unidas por el espacio y están situadas a unos 425 años luz de la Tierra. Recordemos que la luz viaja a 300.000 kilómetros por segundo; un año luz es la inmensa distancia que recorrería la luz, a esa velocidad, durante un año. Las Pléyades conforman lo que se llama un Cúmulo Abierto y prácticamente podría ser el prototipo de todos ellos.


Las Pléyades en el Sidereus Nuncius de Galileo
Tomemos ahora los prismáticos o un pequeño telescopio. Su parecido con la Osa Menor o Mayor es notable. ¿Cuántas estrellas observamos ahora con nuestro instrumento? Galileo en su magistral obra Sidereus Nuncius contó y dibujó 36 estrellas con su rudimentario telescopio. Alineaciones, brillos dispares,... Normalmente desde la ciudad, con unos prismáticos 10x50 suelo contar unas 20 estrellas. Las Pléyades constituyen un objeto celeste para llevarse un buen rato observándolo. Disfrutándolo. Es un objeto realmente bello al que merece la pena dedicarle tiempo. Las Pléyades son una joya perteneciente al romanticismo que tiene la Astronomía.



Más información puedes encontrarla en este enlace del blog.









El "Doble Cúmulo de Perseo" puede localizarse fácilmente desde el hemisferio norte. Su tamaño es destacado, casi dos veces el tamaño de la Luna Llena. Si a eso le sumamos que se sitúa inmerso en una preciosa zona del cielo atravesada por la Vía Láctea, el Doble Cúmulo se convierte en uno de los objetos celestes más bellos para ser observado con unos prismáticos.

Con una magnitud conjunta de 4.3, está compuesto por dos cúmulos abiertos. Uno denominado NGC 869 (al que se le conoce con el nombre de "h") de magnitud 5.3 y el otro es NGC 884 (al que el astrónomo Bayer asignó como Xi Perseii) de magnitud 6.1. Son objetos fácilmente asequibles a instrumentos de poco diámetro. Se supone que ambos objetos están situados a una distancia media de unos 7500 años luz (7000 y 8000 años luz respectivamente).


Desde un lugar con cielo oscuro el Doble Cúmulo se ve a simple vista recorriendo una línea imaginaria entre Alfa de Perseo y Delta Casiopea. A medio camino entre ambas estrellas puede encontrarse con facilidad. Ya el astrónomo griego Hiparco de Nicea (c. 190 a.C. - c. 120 a.C.) lo incorporó en su catalogo de estrellas en el año 130 a.C. Su visión con prismáticos es excelente, fantástica, con ambos cúmulos dentro del campo de visión. Incluso empleando un telescopio con pocos aumentos pueden entrar ambos cúmulos en el campo y disfrutar de la altísima concentración estelar de ambos cúmulos.



Si, por el contrario, estamos observando desde lugares contaminados lumínicamente podemos recorrer la línea imaginaria indicada en el párrafo anterior con los prismáticos. Nos detendremos en un "asterismo" con forma de T en el que estarán situados los dos cúmulos: uno en el punto de intersección de las dos líneas de la letra y el otro en la punta este de la línea superior. La observación con unos simples prismáticos de 7x50 ó 10x50 nos revelará su estructura como si fuera una estrella "hinchada".

Sin duda el Doble Cúmulo nos ofrece espectáculo garantizado , si nos adentramos seriamente en su observación, cada vez nos seducirá más. Puedes probarlo en estas noches de invierno. Te sorprenderá.



Puedes encontrar más información en el blog en este enlace.


Algol es una estrella que varía su brillo y cuyos cambios pueden observarse perfectamente a simple vista y, por supuesto, con prismáticos. Es el prototipo de las estrellas que se conocen como binarias eclipsantes. Precísamente hoy día 28 de diciembre tendrá lugar un eclipse que puede observarse a simple vista, iniciándose al ponerse el Sol (en España) y alcanzando su máximo en la medianoche. También habrá otro en el último día del año momentos antes de la cena de Nochevieja.

Las causas de su variación son extrínsecas a ella. Se trata de un sistema de dos estrellas cercanas entre sí en el cual una estrella gira alrededor de la otra, de tal suerte que nuestra línea visual coincide con el plano de traslación de una estrella alrededor de la otra, lo que permite que sea observado desde la Tierra un eclipse cada vez que una pasa delante de la otra. Es la única forma de saber que el sistema está compuesto por dos estrellas pues su distancia es tan pequeña, observada desde la Tierra, que no podemos separarlas visualmente o con fotografías (aunque con espectroscopía si). 

Algol sufre un eclipse de luz cada 2 días y 21 horas aproximadamente. Transcurrido ese tiempo, su luz baja desde la magnitud 2,1 (magnitud con la que la solemos ver habitualmente en los cielos) hasta la 3,4 en algo menos de cinco horas, empleando otras tantas en recuperar su brillo normal. Desde núcleos urbanos poco contaminados estos cambios son perfectamente visibles convirtiéndose en una curiosa observación. Estamos acostumbrados a los eclipses de Luna y de Sol pero en el cielo también las estrellas se eclipsan entre sí.

Durante estas navidades tendremos dos oportunidades "cómodas" de ver un eclipse Algol. La primera será el dia 28 de diciembre, el eclipse comenzará hacia las 19h17 hora local peninsular española (18h15 Tiempo Universal), el máximo, es decir, cuando la estrella esté lo menos brillante posible se producirá a las 00h06 y acabará muy entrada la madrugada. No obstante, no será necesario, ni mucho menos, quedarse hasta la medianoche para observar la caída de brillo.

El segundo eclipse podremos observalo el último día del año, el 31 de diciembre. Comenzará a las 16h06 hora peninsular española luego aún de día, en cambio el máximo tendrá lugar a las nueve de la noche, momentos antes de iniciar la cena de Nochevieja. El eclipse acabará enla segunda hora del recién estrenado año 2019.

Todas las instrucciones de cómo observarlo, los métodos, la localización y muchos más datos de este interesante sistema, puede encontrarse en este enlace del blog.

Uno de esos fantásticos objetos que impregnan nuestro firmamento en general y los cielos de otoño e invierno en particular, es la Galaxia de Andrómeda. Desde núcleos urbanos poco contaminados puede verse a simple simpla vista, con prismáticos prácticamente desde cualquier lugar  y nos devuelve una maravillosa imagen cuando se observa con un pequeño telescopio desde el campo. La luz que recibimos de ella partió hace dos millones y medio de años, cuando sobre nuestro planeta no había seres humanos y el salvaje Smilodon hacía estragos con sus dientes de sable. Una preciosa galaxia, paisana en nuestra ciudad del Universo y con la que nos encontraremos dentro de muchos millones de años. No debemos dejar pasar la oportunidad de observar nuestra galaxia vecina, incluso desde la ciudad, ¡quien sabe si una noche cualquiera nos depara la sorpresa de encontrar una supernova en ella!

LOCALIZACIÓN

Aunque puede localizarse desde cielos poco contaminados sin ayuda óptica, intentaremos llegar a ella primero haciendo un reconocimiento general de la zona y luego usaremos unos binoculares de cualquier tamaño para verla con más detalle..

Localización de la Nebulosa de Andrómeda (M31). (Carta extraída de http://freestarcharts.com/)

Localicemos primero el gran cuadrado de la constelación de Pegaso, claramente visible las noches otoñales e invernales, situándonos en la estrella que ocupa el vértice noroeste del cuadrado. Esta estrella, denominada Alpheratz ("el ombligo del caballo") es la estrella Alfa de la constelación de Andrómeda que brilla con magnitud 2.1 y forma parte del cuadrado de Pegaso.  Si continuamos ahora hacia el este veremos como  nos encontramos a tres estrellas más formando una hilera, la Delta de Andromeda (de magnitud 3.3 y más débil de la hilera), Beta (Mirach) y Gamma Andromedae (Almach) ambas de segunda magnitud. Bien, ya hemos reconocido la hilera. Ahora es el momento de coger los prismáticos y de situarnos en su punto central, en la estrella Beta Andromedae. Centrados en ella subiremos unos ocho grados al noroeste encontrándonos primero una estrella y luego otra (ambas de la cuarta megnitud) y finalmente ¡ahí está! Una nubecilla compuesta por millones de soles a lo largo de sus 110.000 años luz de diámetro.

La Galaxia de Andrómeda brilla con una magnitud de 4,4 y tiene un tamaño aparente de 3 x 1 grado. Es decir, es seis veces mayor que la Luna Llena en un eje,  y dos veces en el otro. Lamentablemente ese tamaño solo se aprecia en las fotografías de alta resolución y, desde nuestros lugares de observación, se observa con un tamaño menor aunque nada desdeñable.

Ahora podremos dedicarle el tiempo que queramos. Si observamos con unos prismáticos apoyados en un trípode podremos distinguir una mancha elíptica con un centro brillante que se hace cada vez más difuso hasta llegar a los límites de la elipse. Obviamente no distinguimos estrellas en su interior. Y si afinamos bien la vista desde un cielo bien oscuro o empleamos un telescopio mediano podremos ver que la Galaxia de Andrómeda está acompañada por dos galaxias satélites bien visibles a ambos lados de la galaxia. 

Lo que si está claro es que, mires desde donde mires, la observación de la Galaxia de Andrómeda no nos defraudará.

Más información en este enlace del blog.





Si bien esta entrada está destinada para objetos que puedan ser observados con prismáticos, he decidido incluir a la estrella Sirio que puede observarse desde cualquier lugar ya sea con o sin instrumental. Sirio es preciosa, si la observas un rato con prismáticos te deleitará ante el silencio de la noche. Y si la observas desde la ciudad, vengas desde donde vengas, te parecerá apasionante solo por el hecho de mirarla. No en vano, es la estrella más brillante de cuantas podamos observar en el cielo y es la estrella principal de la constelación invernal del Can Mayor. Una brillante luminaria de las noches navideñas en el cielo sureste.

Resulta visible en el horizonte Sur desde las latitudes medias alcanzando no demasiada altura sobre el horizonte. Desde España, Sirio suele ser visible durante buena parte del invierno y la primavera, siendo el período comprendido entre finales del mes de enero y mediados del mes de marzo el intervalo de tiempo más destacado para su observación.






Sirio se encuentra a 8.6 años luz de distancia de nuestro Sol y a lo largo de la historia, la estrella Sirio ha desarrollado un papel importante en el conocimiento básico de los seres humanos. Siempre he pensado que tras la Polar, la estrella que más ha aportado al desarrollo de los antiguos habitantes del planeta ha sido Sirio.

Los antiguos habitantes del Valle del Nilo encontraron una relación entre las oportunas crecidas del río Nilo y la primera aparición en el horizonte de la estrella Sirio poco antes del amanecer (lo que se conoce como orto helíaco). De hecho, en la elaboración de su calendario, los egipcios intercalaron un mes más llamado Thoth cuando la estrella Sirio -a la que ellos llamaban Sotis- tenía su orto helíaco en el doceavo mes de su calendario común. Los griegos también hicieron uso de la observaciones de las apariciones de Sirio para la elaboración de calendarios, muy probablemente, eso sí, inspirados por esas primeras observaciones comentadas.

También Sirio fue la protagonista de la primera determinación de la distancia de una estrella, aunque tosca, pero primera al fin y al cabo. Como primera y más brillante estrella hay en los cielos para que podamos disfrutar de ella.

Más información sobre Sirio aquí y sobre su compañera aquí.





















En esta ocasión volvemos a los prismáticos para localizar al primer planeta descubierto con telescopio por William Herschel en 1781. Desde cielos realmente limpios Urano puede verse a simple vista aunque situado en la frontera límite de la observación visual. Durante estos días podrá observarse en la constelación de Piscis cerca de la estrella omicrón. Su aspecto con prismáticos es un pequeñísimo disco verdoso, delicadamente cián diría yo. Lamentablemente, salvo el aspecto cromático, Urano no muestra ningún detalle cuando se observa con instrumental modesto. Lo que si puede resultar llamativo es su posición cambiante en el cielo en virtud de su movimiento aparente a lo largo de las semanas. Desde su descubrimiento estamos observando ¡su tercera revolución alrededor del Sol!, traslación que realiza cada 84 años.

Ubicación general de Urano en la constelación de Piscis


Localización más detallada de Urano

Más información sobre Urano, su observación y su descubrimiento puede encontrarse aquí.



Si la constelación de Orión es reconocida como la catedral del cielo, la Nebulosa de Orión es, indiscutiblemente, su joya más preciada. Incluso desde la ciudad la nebulosa puede observarse sin problemas en noches limpias y desde fuera de las ciudades a simple vista. Su observación con medios modestos es totalmente asequible. Sea cual sea el instrumento que usemos vamos a disfrutar muchísimo con la observación de este precioso criadero de estrellas.


LA OBSERVACIÓN

La Nebulosa de Orión fotografiada desde el centro de Sevilla
La Nebulosa de Orión podemos observarla con cualquier instrumento. Rodea a la estrella Theta Orionis con una intrigante apariencia neblinosa y aparece entre medio de la doble 42-45 Orionis (al Norte de la imagen) y de Iota Orionis (al Sur de la imagen). Su visión es fantástica con unos prismáticos, aún desde la ciudad, al entrar en el campo de visión toda la "espada" de Orión. Nada más usemos un pequeño telescopio podremos ver muchos detalles de la nebulosa con multiples tonalidades grisáceas y diversos claroscuros. 

Cuando la observamos comprobamos como desde su parte central, aparece una cuña oscura que parece entrar en la nebulosa y a la que se le denomina Sinus Magnus. Además la nebulosa parece disponer de "alas" a ambos lados de esa cuña, una dirigida hacia el noroeste y otra al sudeste y que reciben el nombre de Proboscis Maior y Proboscis Minor.

Con un refractor de 70mm desde Sevilla
En cuanto a las estrellas inmersas en ella llaman la atención un grupo de tres estrellas colocadas en línea y decrecientes en magnitud, se trata de Theta 2 Orionis. A su lado se encuentra Theta 1 Orionis que en realidad son cuatro estrellas y que se le conoce con el nombre de El Trapecio de Orión. Hacia el sur de la nebulosa, tras pasar por una zona más oscura, aparece otra hilera de tres estrellas de octava magnitud. Intentemos ahora sacar del campo de nuestros prismáticos o pequeño telescopio la zona central de la nebulosa. Con un poco de práctica y de paciencia y con ayuda de un cielo limpio podremos observarn los penachos que aparecen en los bordes de las alas. La visión con un telescopio mediano de estas zonas de la Nebulosa de Orión es realmente fantástica.

Más información sobre ella en este blog aquí.





Hoy solo os deseo que disfrutéis. Es un magnífico día para mi, el mejor del año y he querido cerrarlo con el Cinturón de Orión. Lo componen tres estrellas visibles desde cualquier lugar. En países centroamericanos, caribeños y algún que otro sudamericano son conocidas como los "Tres Reyes Magos" pues aparecen en los anocheceres de estos países justo en estos días próximos a la Epifanía. En España son visibles desde el atardecer en el horizonte sureste, son tres tres estrellas, Alnilam, Mintaka y Alnitak nombres árabes todos ellos que hacen referencia al cinturón del cazador que en sí simula la constelación de Orión. El Cinturón de Orión ofrece un extenso post por sí solo y tendrá cabida en el blog, pero si hoy localizáis estas tres estrellas en el cielo, recordad que nuestros hermanos americanos le llaman los Tres Reyes Magos aquellos que traen ilusión, felicidad y esperanza, algo tan imprescindible para mirar y disfrutar del cielo.





sábado, 15 de diciembre de 2018

La visita navideña del cometa Wirtanen

Imagen, sin pretensiones, realizada desde el centro de Sevilla por el autor

Durante estos días el cielo nos está ofreciendo la visita esperada del cometa 46P/Wirtanen. Fue descubierto en enero de 1948 por un astrónomo estadounidense que trabajaba en el Observatorio Lick en California. Se trata de un cometa periódico -de ahí la letra P precediendo al nombre de su descubridor- que pasa cerca de la Tierra cada 5.4 años. El cometa tiene un encanto especial porque realmente era el que iba a ser visitado por la sonda Rosseta para ser estudiado entre los años 2011 y 2012 pero el retraso en el lanzamiento de la sonda obligó a seleccionar otro cometa (el 67P/Churyumov-Gerasimenko).

El máximo brillo lo alcanzará el próximo día 17 de diciembre, si bien en días anteriores tendrá un paso cercano a las Pléyades que provocará un espectacular cuadro en el cielo. Actualmente se presente con un núcleo observable y una coma (la envoltura del núcleo) del tamaño de la Luna llena pero sin apreciarse cola evidente. 

La carta de localización en el cielo del cometa Wirtanen hasta final de mes puede encontrarse aquí no obstante, se reproduce aquí también. En el máximo el cometa alcanzará la cuarta magnitud siendo visible a simple vista desde el campo o lugares muy poco iluminados. Desde la ciudad puede observarse con unos prismáticos o un pequeño telescopio si bien dado que el cometa es extenso y a la vez difuminado, la localización no resulta tan fácil. Ya a final de mes, el cometa se mostrará como de magnitud quinta e incluso acercándose a la sexta si bien en los últimos diez días del mes la Luna no molestará tanto.




Durante los días 15, 16 y 17 de diciembre el cometa se encontrará muy cerca del cúmulo de Las Pléyades en la constelación de Tauro. El día 16 se situará a tan solo cuatro grados al sur del cúmulo y el día del máximo a poco más de seis grados. Las Pléyades serán una buena referencia para localizarlo. Es preciso recordar que estos días la luz de la Luna "molestará" para su observación pero, desde lugares oscuros, no debe haber ningún problema en observarlo.

Otros momentos donde el cometa será fácil localizarlo -aunque ya más debilitado- será la noche del día 21 y el 22 cuando esté muy cerca del triángulo formado por Epsilon. Eta y Dseta Aurigae y, el día 23, se situará a un grado al sur de Capella la más brillante de la constelación de Auriga.

En este mismo blog se publicó en su día un método para la observación de cometas que es conveniente consultar. Si podemos, observemos el cometa Wirtanen en estas noches navideñas. Es una delicia hacerlo.

Siempre la Luna



Era diciembre y yo podría tener 16 años. No creo que tuviese más. Tenía un pequeño telescopio, casi de juguete, con el que observaba todo lo que podía desde una azotea con olor a musgo, humedad y frío. Era temprano pero el Sol ya se había puesto y la Luna se veía sobre un fondo de finas nubes y azul oscuro, azul Navidad, que bonito color. Hoy estaba sentado, me he asomado a la ventana y ahí estaba, al Sur, ni alta ni baja sobre el horizonte. Estaba y me recordó buenos momentos y a buenas personas de aquellos diciembres distintos en el cielo y en la tierra. Siempre la Luna.


domingo, 23 de septiembre de 2018

Equinoccio


Equinoccio, palabra que procede del latín y que significa "noche igual". Hoy día 23 de septiembre, a las 01h54 en Tiempo Universal (03h54 en el horario peninsular español) es la fecha para el  equinoccio de otoño. El día tendrá, matemáticamente, la misma duración que la noche, el Sol sale exactamente por el Este y se pone exactamente por el Oeste. Tendremos otoño durante 89 días y 20 horas.

Hay que hacer una matización al respecto de la igual duración del día y la noche cuando se ha indicado en el párrafo anterior matemáticamente. Debido al diámetro aparente del Sol, treinta minutos de arco, la luz solar se prolonga como mínimo un minuto en los equinoccios que sería, aproximadamente el tiempo que habría de diferencia entre que sale el limbo solar y el centro del Sol. Por otra parte la refracción atmosférica actuando como una lente, hace posible que la luz se expanda en todas las direcciones cuando el Sol aún no ha salido. Este último efecto supondría unos 3 o 4 minutos de diferencia. En España el día en el que la duración de la noche y el día es la misma es el 26 de septiembre.

Precisamente hoy, los observadores situados en el ecuador terrestre verán el Sol en el punto más alto del cielo, justo encima de sus cabezas, lo que conocemos como el cenit. Los equinoccios ocurren dos veces al año: una entre el 20 y el 21 de marzo y la otra, en otoño, entre el 22 y el 23 de septiembre. En el hemisferio norte, el equinoccio de septiembre supone el paso de la estación veraniega al otoño, mientras que en el hemisferio sur se pasa de invierno a primavera.

Como aparece en la figura, en el equinoccio, se produce la intersección del ecuador celeste y el plano de la eclíptica. En primavera el equinoccio coincide con un punto bastante importante desde el punto de vista astronómico y que se denomina Primer Punto de Aries (¡situado en Piscis!), mientras que en otoño la posición del Sol es el Primer Punto de Libra (¡situado en Virgo!). En éste último caso, el de hoy, el Sol parece pasar de la posición norte al sur del ecuador celeste y, desde el punto de vista de las coordenadas astronómicas, su declinación pasa de ser positiva a negativa. En el punto de Libra, en el equinoccio de otoño, la ascensión recta del Sol es 12 horas y la declinación 0 grados.

Para un observador situado en el ecuador celeste, el Sol describirá una trayectoria vertical desde que amanece por el Este hasta que se pone por el Oeste, alcanzando al mediodía el cenit. Desde los polos, en cambio, el Sol no se levanta sobre el horizonte. Desde cualquier otro lugar la altura a la que culminará el Sol será el resultado de restar 90º a la latitud de lugar.

Lo que si está claro es que ahora podremos disfrutar también de magníficas constelaciones con objetos astronómicos preciosos que servirán de antesala al espectacular cielo de invierno. Nada mejor para ambientarlo que disfrutar de la música que Jean Michel Jarre creara en 1978 publicada en un trabajo denominado Equinoxe.





domingo, 19 de agosto de 2018

¿Qué es Astronomía? ¿Y tú me lo preguntas?

El planeta Saturno inmerso en una zona espectacular de la constelación de Sagitario


A veces te encuentras cuadros en el cielo que de repente te vuelven a recordar la razón por la cual te sientes fascinado por la Astronomía.  Estas bajo un cielo realmente oscuro, tus ojos se han adecuado a la oscuridad de la noche hace rato, la temperatura es buena y el silencio solo está roto por los sonidos de aves y ladridos lejanos que protegen sus rebaños de quienes puedan acecharle. De repente, al Sur, aparece Saturno, exultante, caminando entre unas pinturas maravillosas que ha creado el Universo en la constelación de Sagitario para que nosotros las veamos. Entonces, enfocas tus prismáticos a la zona y pierdes la noción de todo. La vista es maravillosa. Saturno visita un lugar del cielo cuyos anfitriones ya de por sí son realmente bellos. Estoy convencido que si a mi paisano Bécquer le hubiera preguntado ¿Qué es la Astronomía?, su repuesta hubiese sido la misma que la de su rima acerca de la Poesía. Y es que cuando observas cuadros así, sin prisas, detenidamente, descubres que no existe diferencia entre Poesía y Astronomía. Es fascinante.


UNA SONRISA EN EL CIELO

Carta del cielo donde se encuentra Saturno

Nos encontramos en la constelación de Sagitario una medianoche de verano. Donde la Vía Láctea se muestra en todo su esplendor y destaca por su brillo. Allí en el suroeste, aparece un objeto blanquecino bien brillante. Es el planeta Saturno. Si nos encontramos bajo un cielo oscuro, podemos observar, incluso a simple vista, como el planeta está atravesando en estas semanas una zona del cielo realmente bonita. Hacia el suroeste del planeta, podremos apreciar una zona difusa y blanquecina. ¿Qué es? Es la Nebulosa de la Laguna. Si ahora tomamos unos prismáticos por pequeños que sean veremos como un buen conjunto de estrellas se aglutinan tomando por fondo una nebulosidad. Es precioso. Ahora, siempre con nuestros prismáticos, veremos como hacia el norte de la Nebulosa de la Laguna aparece otra nebulosidad, esta vez más pequeña pero también fascinante, es la Nebulosa Trífida. Recorremos la zona y encontramos cúmulos de estrellas, globulares y abiertos, y bandas oscuras que parecen definir una sonrisa en esa zona del cielo.

Imagen de la zona realizada con el programa Stellarium

Saturno se irá acercando a esas dos nebulosas conforme pasen los días hasta mediados de septiembre donde cambiará su movimiento, volviendo hacia atrás y alejándose, con esos movimientos planetarios que tanto fascinaron a esos grandes astrónomos sonámbulos como Tycho Brahe y Johannes Kepler. Con unos prismáticos apoyados sobre trípode o con un pequeño telescopio puedes ver a su satélite más importante, Titán, el segundo más grande del Sistema Solar y que fuera descubierto por Christiaan Huygens en marzo de 1655. Es increíble ver como gira en torno al maravilloso Saturno a lo largo de poco más de dos semanas. Su magnitud en estos días está en la 8.6 luego puedes observar con instrumentos modestos sus movimientos alrededor de su planeta. ¡Síguelo! Anota sus posiciones diariamente sobre una misma cuadrícula. ¡Te sorprenderá! El único satélite del que conocemos atmósfera intuída por el astrónomo español Josep Comas y Sola allá por los primeros años del siglo XX y del que estoy seguro que dará grandes satisfacciones.


LOS OBJETOS DE LA ZONA

La Nebulosa de la Laguna y el cúmulo NGC 6544
Aunque algunos de estos objetos requerirían de un post para ellos solos, vamos a intentar definir, de manera sencilla, que es lo que estamos observando. Inicialmente, y tras observar Saturno, nos podremos detener en la Nebulosa de la Laguna, un objeto de magnitud 4.6, visible a simple vista, y también conocido como M8 (Messier 8). Se trata de una nebulosa que brilla por la excitación de sus gases debido a una o varias estrellas inmersas en ella, es lo que, a grandes rasgos, se conoce como nebulosa de emisión. Curiosamente es más ancha que la Luna Llena y tan larga como tres. Aunque esas dimensiones no las podremos ver salvo en fotografías su aspecto es considerable y de fácil observación con instrumentos de aficionado. La nebulosa está situada a 5000 años luz de nosotros, cuando la luz que acompaña esta fotografía partió de allí, los antiguos egipcios fabricaban sus primeros pigmentos. La parte de la nebulosa compuesta por estrellas aglutinadas es conocida como el cúmulo del Reloj de Arena (NGC 6530) y es un lugar donde están naciendo y están creciendo las estrellas. Estamos observando la cuna de las estrellas.

A sureste de la nebulosa de la Laguna podemos observar un anaranjado cúmulo globular, NGC 6544, conocido en algunos lugares como el cúmulo de las estrellas de mar pero, dada su bajo brillo (su magnitud es 8.0) su observación puede llegar a requerir de un telescopio, aunque yo, que no gozo de buena vista, lo he observado varias veces con prismáticos. Se encuentra situado a 9500 años luz de nuestro Sol y siempre me llamó la atención su color. Otra perla que, en otra parte del cielo, hubiese disfrutado de la atención de los observadores del cielo.

La Nebulosa Trífida y M21
Al norte de la Nebulosa de la Laguna se encuentra un objeto realmente precioso: la Nebulosa Trífida. Es una nebulosa más débil en brillo que la anterior, magnitud 6.3, y también más pequeña (20 minutos de arco, dos terceras parte del diámetro de la Luna Llena) pero no por ello resulta menos encantadora. Curiosamente, como la anterior, se descubrió a mediados del siglo XVIII aunque, personalmente, cada vez tengo más dudas sobre ello. ¡No se pueden pasar por alto tantas bellezas juntas! Situada a 5500 años luz de nuestro Sol se trata de una nebulosa que emite (como la de la Laguna) pero que también refleja radiación del exterior. Esto puede observarse en la fotografía. La zona exterior azulada es consecuencia de la reflexión de la luz de las estrellas cercanas y la rojiza (e interior) es la zona de emisión producida por la excitación de los átomos de los gases que la componen por las estrellas allí situadas. ¡Es otra cuna de las estrellas, una región de nacimiento estelar,  importantísima! Al telescopio puede verse dividida en tres partes merced a una región de polvo que impide el paso de la luz (una nebulosidad oscura). La observación, con detenimiento, sin prisas y con un telescopio por pequeño que sea sugiere un encanto realmente especial.

Al noreste de la Nebulosa Trífida nos encontramos con un cúmulo abierto de estrellas: M21 (Messier 21). El cúmulo, descubierto por Charles Messier en 1754, no resulta muy cuantioso en estrellas pese a tener un buen tamaño, 17 minutos de arco. Su brillo, magnitud 6.5, también le convierte en un cúmulo brillante y llamativo. Se encuentra a algo más de 4000 años luz de nosotros y siempre me pareció un cúmulo cuya parte central me ha resultado muy llamativa a través del telescopio. También creo que si estuviese en otra parte del cielo menos espectacular sería más reconocido.


UN CUADRO EN EL CIELO

Esta zona es un maravilloso cuadro en el cielo. De los de verdad. Fíjate bien. Después de observarlo detenidamente entiendes por qué te has enamorado de la Astronomía. Pero has de observarlo sin prisas, tengas el instrumento que tengas, relajadamente y con tranquilidad. De vez en cuando aparece un planeta por la zona, como en este caso Saturno, la joya del Sistema Solar que, en lugar de manchar el cuadro lo engrandece. Después de ver este cuadro en el cielo convertido en sonrisa, alejas tus ojos de tu instrumento, míralo a simple vista, vuelve a observarlo. Te ha contagiado la sonrisa, entonces, la Astronomía te habrá enamorado y su diferencia con la Poesía, no la encontrarás. 

Una sonrisa en el cielo



jueves, 9 de agosto de 2018

Como disfrutar observando a las Perseidas 2018

(Archives Gallimard)


Si hay alguna actividad astronómica que no pasa desapercibida en cualquier verano esa es la lluvia de estrellas fugaces conocidas con el nombre de las Perseidas. Para este año, la Luna Nueva el día 11 de agosto facilitará muchísimo la observación. Deberíamos aprovechar un cielo oscuro para disfrutar de esta lluvia de meteoros que puede superar, en promedio, los 80 meteoros por hora (si el cielo es muy bueno aún más). Según la International Meteor Organization  el máximo está previsto para este año 2018 entre las 20hTU del domingo 12 de agosto y las 08h00TU del lunes 13 (dos horas más tarde para el horario peninsular español). Conviene recordar que los meteoros pertenecientes a las Perseídas se observan de manera más acusada desde varios días antes y después del máximo. En cuanto al número de meteoros por hora, a pesar de lo que suele decirse en muchos medios de comunicación (con cierto tono sensacionalista) en unas condiciones óptimas de cielo y sin que la Luna molestara suelen detectarse unos 100 meteoros por hora en promedio. También los bólidos (meteoros muy brillantes) se hacen presentes en estos días y suelen ser llamativos para el observador por su alto brillo. Las condiciones de observación este año son muy buenas y pueden resultar muy agradables cuando se disfrutan en compañía. Si tenemos oportunidad, ¡no nos la perdamos! ¡No todos los años llueve a gusto de todos, pero este sí!

LAS PERSEIDAS

La lluvia de meteoros de las Perseidas está relacionada con el cometa 1862 III conocido también como 109/P Swift Tuttle. Cuando este cometa pasa por las cercanías del Sol su superficie se activa merced a la acción del viento solar quien logra que se desprendan gases y partículas del cometa que suelen quedarse en una zona del espacio como si de un recuerdo del paso del cometa se tratara. Esa acumulación de polvo gira también alrededor del Sol, a modo de nube, formando lo que se llama un enjambre de meteoros.

La Tierra, a lo largo de su traslación anual alrededor del Sol, cruza en ocasiones esos enjambres de meteoros, residuos de material cometario, interaccionando con ellos y produciéndose lo que conocemos como lluvia de meteoros o lluvia de estrellas fugaces. Cuando uno de estos residuos de polvo (del tamaño de un grano de arena) toma contacto con la atmósfera terrestre la partícula produce un destello luminoso conocido como meteoro. Este fenómeno se produce a unos 100 kilómetros de altura, pero a veces las partículas son mayores y logran alcanzar la superficie terrestre en cuyo caso reciben el nombre de meteoritos. Por tanto, una cosa es un meteoro y otra, un meteorito.

Estas zonas de partículas que la Tierra cruza tienen su contrapartida en la esfera celeste. Así, en el caso de las Perseidas, cuando nuestro planeta atraviesa la zona residual dejada por el cometa Swift Tuttle los meteoros parecen salir de una zona situada entre las constelaciones de Perseo y Casiopea, esa zona es lo que se conoce como radiante. Cuando un radiante está en la constelación de León, por ejemplo, la lluvia originada por el mismo recibirá el nombre de Leónidas; otro situado en Géminis originará las Gemínidas y así de manera general.

Existe un parámetro que define la actividad de una lluvia de meteoros, es el conocido como THZ o Tasa Horaria Zenital. Se trata del número de meteoros por hora que podría observarse en unas condiciones óptimas de cielo y con el radiante en el cenit. Normalmente se da el número de meteoros por hora para hacernos una idea de la actividad de la lluvia, dicho número abreviado como THZE es en el caso de las Perseidas de unos 100-120 meteoros por hora. Obviamente ese número variará -y mucho- si observamos desde el centro de una ciudad contaminada o desde la cima de una alta montaña. En el año 2016 se alcanzaron casi 200 meteoros por hora y el pasado 2017, pese a haber Luna Llena en las fechas del pico de actividad se llegaron a contabilizar 80 meteoros por hora.


LA OBSERVACIÓN

Aunque el máximo se da la noche del 12 al 13 de agosto, los cuatro días previos y posteriores también suelen resultar muy interesantes como hemos mencionado en la entrada de este post Es más, durante esos días también podremos observar la presencia de bólidos los cuales son unos meteoros muy brillantes y más consistentes físicamente. Partiendo del análisis de las observaciones de anteriores años, el máximo este año se daría, como hemos indicado, el 12 de agosto entre las 20:00 y las 08:00 horas del día 13 en Tiempo Universal (dos horas más para la península Ibérica y una más para las Islas Canarias). Por tanto, desde la medianoche podremos comenzar a realizar observaciones de interés, antes, también pero el número de meteoros se verá mermado.

La primera recomendación de todas es ir con ilusión a un lugar que sea oscuro acompañado de buen ambiente. De lo contrario perderemos muchísimo de lo que puede dar de sí esta lluvia. La segunda es proveerse de abrigo y de comida porque la noche puede ser larga y las condiciones ambientales y fisiológicas variarán. La tercera, y no menos importante, es poner nuestro reloj en hora desde la tarde antes coincidente con alguna emisora de radio o a través de alguna web que nos lo permita. Yo aconsejo las señales horarias indicadas por Radio Nacional de España o las ofrecidas por alguna web como las del Observatorio Naval de los Estados Unidos. La última recomendación es situar el radiante en el cielo. En la siguiente imagen, procedente de la International Meteor Organization todo un referente mundial en el estudio de meteoros, podremos ver como se va desplazando a lo largo de todo el período de observación de las Perseidas.

Desplazamiento del radiante de las Perseidas (IMO)

Pues bien, ya tenemos localizado el radiante en el cielo. Ahora seleccionaremos una zona situada a unos treinta grados del radiante, lugar desde donde parecen provenir los meteoros y como mínimo a una distancia igual de altura sobre el horizonte. (Para recordar como medir ángulos en el cielo podemos visitar esta entrada). Los meteoros que parezcan provenir del radiante serán perseidas y los denominaremos PER, los que no, les llamaremos esporádicos (SPO). Muchos observadores se centran en la constelación de Pegaso o de Cefeo para la observación de esta lluvia, personalmente, lo haré en la segunda.

Simulación del radiante de las Perseidas con Stellarium
Se trata de contar el número de meteoros que observemos. Para ello observaremos la zona del cielo a intervalos de 5 minutos. Registraremos el meteoro indicando la magnitud del meteoro en una libreta o, mejor aún, en una grabadora. Si la del móvil aguanta, pues más fácil aún.

Pero antes de todo eso tendremos que saber la magnitud límite que podremos observar en el cielo que tenemos, la cobertura nubosa y por supuesto el centro de visión que hemos elegido, en el caso del ejemplo Pegaso o Cefeo. Pero, ¿cómo se hace todo eso?




- MALE

MALE es el acrónimo de Areas de Magnitud Límite Estelar. Se trata de zonas determinadas que nos permiten conocer la magnitud más débil de las estrellas que podemos observar en el cielo. Es fundamental el conocimiento de MALE si queremos hacer un trabajo serio. Esta estimación la realizaremos al comienzo de la noche de observación.

Seleccionaremos una carta de la zona del cielo que vamos a observar de las ofrecidas por la International Meteor Organization y que componen el Atlas Brno, o usando esta aplicación aquí. . Vamos a tomar como ejemplo la zona de Cefeo, la cual puede ser muy útil y es la que mas uso y que triangula la zona entre las estrellas Alfa, Beta y Delta de Cefeo:



Contaremos ahora las estrellas que podremos ver dentro de ese triángulo y le sumamos las tres más brillantes que lo componen. Podemos repetir esta operación varias veces y hacer la media.  Por ejemplo, si hemos observado 13 estrellas en la tabla, anotaremos "Triángulo 7, 13 estrellas" Al día siguiente podremos comprobar en las tablas que siguen en esa página la magnitud límite estelar que hemos podido observar será 5.95 lo cual no está nada mal si prestamos atención al hecho de que las estrellas más débiles que podemos observar a simple vista son de la sexta magnitud.


No hay que ceñirse a un solo triángulo, es conveniente iniciar la noche con la estimación del MALE en varios triángulos para tomar una medida más exacta y científica. Siguiendo con los ejemplos de zonas de observación dados anteriormente, la carta 6 equivaldría a la zona de Pegaso.

- Cobertura Nubosa

La estimación de la cobertura nubosa del cielo consiste en saber el porcentaje de cielo que está cubierto de nubes. Personalmente empleo el método de las octas. Es decir, divido el cielo en ocho partes y calculo cuantas partes -entre ocho- estan cubiertas. Así, si estimo dos octas, el cielo estará cubierto un 25%, si lo está cuatro octas un 50%, etc. 

- El Centro de Visión

Para la zona de observación indicaremos alguna estrella de referencia o algún triángulo como el de Cefeo o el de Pegaso, o si queremos elegir alguna zona del Cisne. Solo se trata de hacer referencia a la zona. Recordemos que tiene que estar alejado unos treinta grados del radiante y una distancia igual o superior a la altura sobre el horizonte.

Ya está ahora tenemos determinados los parámetros básicos al inicio de la observación. Continuemos.



¡VAMOS A CONTAR PERSEIDAS!

¡Ya estamos listos! Ahora vamos a ponernos cómodos, dirigir nuestra vista al centro de visión que hemos elegido y a intervalos de cinco minutos iremos anotando,o mejor, grabando los meteoros que vemos. Insisto, si se ve un meteoro procedente de la zona del radiante indicaremos PER de Perseidas, de lo contrario (o ante la duda) SPO de esporádico. 

La magnitud del meteoro la podremos comparar con alguna estrella brillante del cielo que pueda servirnos de guía, si no sabemos su magnitud en ese momento, ya la consultaremos a la mañana siguiente, lo importante es la referencia. No es necesario afinar mucho con decimales, podemos hacer un cálculo de media en media magnitud a la hora de elegir las estrellas. Por ejemplo:




VEGA - (Alfa Lyrae) - 0.0; 
CAPELLA - (Alfa Aurigae) - 0.7; 
ALTAIR - (Alfa Aquilae) - 0.8; 
DENEB - (Alfa Cygni) - 1.2; 
Beta Tauri - 1.7; 
Alpha Persei - 1.8; 
Alpha Arietis - 2.0; 
Alpha Cassiopeiae, - 2.3; 
Alpha Cephei - 2.4
Alpha Pegasii - 2.5

Podemos conseguir más estrellas de referencia en la red o en cualquier libro básico de Astronomía como los que expongo aquí

Si no tenemos experiencia no es necesario indicar la magnitud pero sí cuántos meteoros hemos observados y la estimación de la MALE y de la cobertura nubosa. También indicaremos si el paso del meteoro deja un rastro nebuloso que conocemos como estela. Todo eso en cinco minutos, anotaremos el tiempo, descansaremos y vuelta a empezar. Son importantes los períodos de descanso pues afrontaremos un nuevo período de observación con mejor intensidad.

Podremos estar así dos o tres horas o toda la noche pero ¿qué hacemos con nuestras observaciones? Pues en primer lugar no abandonarlas. Si hemos tenido en cuenta el valor de la MALE, la cobertura nubosa, el centro de visión y hemos contado el número de meteoros en los períodos de observación que hemos establecido, ya tenemos el trabajo bien hecho. Si además hemos perfilado nuestras observaciones incluyendo la magnitud o si era visible o no estela en ellos, mucho mejor. Os sugiero que entreguéis vuestras observaciones a la IMO referida antes y entrar en este enlace o también que os pongáis en contacto con SOMYCE una entidad española realmente buena dedicada al estudio de los meteoros y cometas que he seguido durante toda mi afición desde su creación y que me transmite la máxima seriedad. 


FOTOGRAFIAR PERSEIDAS

Pues tampoco es mala idea fotografiar perseídas. Se puede usar cualquier cámara digital reflex que disponga de posición B y al menos permita disparar con una ISO800 o superior. Lo idóneo son exposiciones de 15-20 segundos a ISO1600, incluso aumentar el tiempo de exposición si podemos disfrutar de un buen cielo pero no sobrepasando los 40 segundos.

Es aconsejable usar un objetivo que de el mayor campo posible y con la menor focal posible. Por ejemplo un objetivo básico de 50mm a 2.8 dará buenos resultados. Cuánto menor sea la focal mejores resultados obtendremos. Podemos hacer un buen seguimiento de la lluvia si dejamos a la cámara fotografiar continuamente. Aunque requeriremos una buena batería cargada y algunas tarjetas de memoria. Es siempre aconsejable fotografiar en el formato de archivo RAW  si no podemos, al menos en JPG a la máxima resolución. Luego podremos usar el programa Startrails para superponer las imágenes y hacer preciosas y útiles composiciones de nuestra noche de seguimiento.





NOTA FINAL

En esta entrada se han dado los aspectos básicos para que la observación contenga utilidad científica. No debemos dejar la oportunidad de colaborar. No creamos que todo está descubierto, nuestra afición puede ayudar a conocer más una lluvia de meteoros que necesita ser estudiada. Su estudio, de hecho, ha sido más intenso desde la década de lo setenta del pasado siglo XX. Pero si no quieres participar tan "activamente", no importa, disfruta del cielo, de los buenos momentos que te dará y de la ilusión que genera su observación, y si quieres, te animo a que compartamos tus impresiones, observaciones o fotografías en este blog. El cielo te muestra el espectáculo, no lo desperdicies ¡disfrútalo!