martes, 22 de noviembre de 2016

¡100.000 visitas, 100.000 gracias!



Hoy el blog ha recibido la visita número 100.000. Y desde aquí lo primero que quiero hacer es agradecer a todos los lectores del blog sus visitas, sus comentarios y sus apoyos en las redes sociales. Es una suerte contar con gente con la que compartir mis inquietudes astronómicas.
"El Ojo en el Cielo" partió como un blog personal sobre observación de estrellas variables (mi dedicación en la Astronomía a nivel de aficionado) allá por septiembre de 2007. Publicaba poco e hice algunas entradas hasta 2010. Desde entonces y hasta comienzos de 2014 el blog estuvo casi inactivo pero, a partir de dicho año, he procurado reactivarlo publicando artículos para el aficionado que empieza o para el que quiera iniciarse, sin descartar la labor puramente divulgativa que la Astronomía nos ofrece. La línea a seguir es esa, mostrar objetos de interés que animen a aficionarse a la observación del cielo estrellado y publicar aquello de lo que podamos aprender todos.
La Astronomía, como casi todo lo que nos gusta, es compartir. Pienso que si no compartes lo que disfrutas, se pierde buena parte de su encanto. Y ese, justamente ese, es el objetivo del blog, disfrutar de nuestras ilusiones juntos intentando que siempre pongamos un Ojo en el Cielo.
¡Muchísimas gracias a todos!

domingo, 20 de noviembre de 2016

La Nebulosa de Andrómeda

Fotografía tomada con un Refractor de 36mm desde la Sierra de Huelva


Uno de esos fantásticos objetos que impregnan nuestro firmamento en general y los cielos de otoño en particular, es la Galaxia de Andrómeda. La luz que recibimos de ella partió hace dos millones y medio de años, cuando sobre nuestro planeta no había seres humanos y el salvaje Smilodon hacía estragos con sus dientes de sable. Una preciosa galaxia, paisana en nuestra ciudad del Universo, visible con prismáticos desde la ciudad y que nos devuelve una maravillosa imagen cuando se observa con un pequeño telescopio desde el campo. No debemos dejar pasar la oportunidad de observar nuestra galaxia vecina, incluso desde la ciudad, ¡quien sabe si una noche cualquiera nos depara la sorpresa de encontrar una supernova en ella! 


LA NEBULOSA DE ANDRÓMEDA

El cielo de otoño, en su trámite de dar paso a los espectaculares cielos invernales guarda entre sus noches joyas preciosas. Quizá una de las preferidas sea la Gran Nebulosa de Andrómeda como personalmente me gusta llamarla. Recibe otros nombre más comunes entre los aficionados como M31 o NGC 224 (este último menos común).

Se trata de una galaxia espiral formada por un billón de estrellas que está considerada como la "hermana" de nuestra Galaxia que, junto con la galaxia del Triángulo, constituyen las tres galaxias mayores del Grupo Local de Galaxias. Se sitúa a 2.5 millones de años luz, es decir la luz que recibimos partió de ella hace 2.5 millones de años, cuando ni siquiera había humanos sobre la superficie de nuestro planeta Tierra que entonces se encontraba en las etapas iniciales del Pleistoceno cuando se estaban produciendo los primeros grandes cambios en el clima de nuestro planeta.

Aunque parecen existir referencias anteriores, puede que fuera el astrónomo persa Al Sufí el primero en hacer referencia de ella en el siglo X  en su "Libro de las estrellas fijas" describiéndola como una pequeña nube en la constelación de Andrómeda. Esta observación no debe extrañarnos nada pues la nebulosa de Andrómeda es un objeto perfectamente visible a simple vista desde cielos poco contaminados y observable con prismáticos desde las ciudades. Además de esto, destaca por ser el objeto más lejano que puede observar el ser humano a simple vista.

LAS PRIMERAS OBSERVACIONES

Dibujo que hizo Messier de M31

Durante la era telescópica el primero en observarla fue Simon Marius en 1612 y en 1764 Charles Messier la catalogó con el número 31 en el catálogo que lleva su nombre tras su observación el 3 de agosto de ese año (aunque ya la había observado en 1757).Años más tarde, en 1864, el astrónomo británico William Huggins realizó un estudio espectral de la nebulosa concluyendo que estaba compuesto por infinidad de estrellas y preparando el camino para la distinción entre nebulosas y galaxias, debate que culminaría en 1925 al encontrar Edwin Hubble estrellas variables en la galaxia. La historia de las observaciones de la Nebulosa de Andrómeda es quizá una de las más apasionantes de la historia de la Astronomía por lo cruciales que han resultado para el desarrollo de la Astrofísica.



LOCALIZACIÓN

Aunque puede localizarse desde cielos poco contaminados sin ayuda óptica, intentaremos llegar a ella primero haciendo un reconocimiento general de la zona y luego usaremos unos binoculares de cualquier tamaño para verla con más detalle..

Localización de la Nebulosa de Andrómeda (M31). (Carta extraída de http://freestarcharts.com/)

Localicemos primero el gran cuadrado de la constelación de Pegaso, claramente visible las noches otoñales, situándonos en la estrella que ocupa el vértice noroeste del cuadrado. Esta estrella, denominada Alpheratz ("el ombligo del caballo") es la estrella Alfa de la constelación de Andrómeda que brilla con magnitud 2.1 y forma parte del cuadrado de Pegaso.  Si continuamos ahora hacia el este veremos como  nos encontramos a tres estrellas más formando una hilera, la Delta de Andromeda (de magnitud 3.3 y más débil de la hilera), Beta (Mirach) y Gamma Andromedae (Almach) ambas de segunda magnitud. Bien, ya hemos reconocido la hilera. Ahora es el momento de coger los prismáticos y de situarnos en su punto central, en la estrella Beta Andromedae. Centrados en ella subiremos unos ocho grados al noroeste encontrándonos primero una estrella y luego otra (ambas de la cuarta megnitud) y finalmente ¡ahí está! Una nubecilla compuesta por millones de soles a lo largo de sus 110.000 años luz de diámetro.

La Galaxia de Andrómeda brilla con una magnitud de 4,4 y tiene un tamaño aparente de 3 x 1 grado. Es decir, es seis veces mayor que la Luna Llena en un eje,  y dos veces en el otro. Lamentablemente ese tamaño solo se aprecia en las fotografías de alta resolución y, desde nuestros lugares de observación, se observa con un tamaño menor aunque nada desdeñable.

Ahora podremos dedicarle el tiempo que queramos. Si observamos con unos prismáticos apoyados en un trípode podremos distinguir una mancha elíptica con un centro brillante que se hace cada vez más difuso hasta llegar a los límites de la elipse. Obviamente no distinguimos estrellas en su interior. Pero ¿sólo observamos eso?


GALAXIAS SATÉLITES 

Si afinamos bien la vista desde un cielo oscuro o empleamos un pequeño telescopio podremos ver que la Galaxia de Andrómeda está acompañada por dos galaxias satélites bien visibles a ambos lados de la galaxia.

La galaxia de Andrómeda y sus dos satélites. (Fotografía del autor)


El primer objeto se sitúa al suroeste de la galaxia y la conocemos como M32. Se trata de una galaxia elíptica enana descubierta en octubre de 1749 por el astrónomo francés y observada por Messier ocho años después. Éste último le asignó el número 32 de su catálogo en 1764. Su diámetro es de 8000 años luz y está situada a una distancia aproximada a la de la galaxia de Andrómeda. Nuestra observación nos deparará a un objeto de octava magnitud que tiene apariencia estelar pero que, tras una observación detenida, rápidamente le vemos su aspecto nebuloso. El tamaño aparente es de 8 x 6 minutos de arco.

La segunda galaxia es M110. Es otra galaxia elìptica enana aunque con una excentricidad mayor que la anterior situada al noroeste de la galaxia de Andrómeda. Aunque es ligeramente más débil que la anterior, magnitud 8.5, su tamaño es mayor alcanzándose los 17 x 10 minutos de arco. A pesar de ello no es nada difícil de detectar. Fue descubierta por Charles Messier en agosto de 1773 pero no se añadió a su catálogo particular pues se consideró que formaba parte de la galaxia de Andrómeda. Solo fue hasta 1966 cuando se incluyó como parte del catálogo Messier de objetos de cielo profundo por iniciativa de Kenneth G. Jones. Como curiosidad, los objetos muy débiles que le rodean, inferiores a la magnitud 15 la mayoría de ellos no son estrellas sino cúmulos globulares que rodean a la galaxia de Andrómeda. Está situada algo más lejos que la principal y que M32, en concreto a unos 2.9 millones de años luz de nosotros.


OBSERVACIÓN DESDE LA CIUDAD


Composición de 25 tomas de 30 segundos cada una con un teleobjetivo de 135mm desde Sevilla


La Galaxia de Andrómeda es uno de esos pocos objetos de cielo profundo que pueden observarse desde las ciudades con un instrumental modesto. Si los núcleos urbanos están poco contaminados lumínicamente se puede observar a simple vista, algo que con toda seguridad, se puede hacer desde algún lugar oscuro, pero desgraciadamente esto no es lo común. Si se usan unos prismáticos de 50 mm de diámetro se puede distinguir desde la ciudad como una mancha clara pero con nulas posibilidades de observar sus satélites. Es preferible, siempre que observemos con unos prismáticos, usar trípode si se tiene la oportunidad.

Con prismáticos mayores o pequeños telescopios de diámetros a partir de 70 milímetros de abertura sí he conseguido observar las galaxias satélites desde una ciudad tan contaminada como Sevilla. La observación con un pequeño refractor de 80 mm y un ocular de 25 mm ofrece una visión de la galaxia realmente contrastada.


¿Y SI DESCUBRIMOS UNA SUPERNOVA?

Puede parecer una locura pero si así lo hiciéramos, no sería la primera. La primera y única supernova encontrada en la galaxia de Andrómeda fue observada el 17 de agosto de 1885 y es conocida como S Andromedae. Su descubridor fue el astrónomo alemán (y especialista en estrellas variables) Ernst Hartwig desde Estonia y alcanzó una magnitud de 5.8 ¡perfectamente observable con unos prismáticos desde las ciudades actuales! Poco a poco fue desvaneciéndose pero la importancia del descubrimiento fue muy grande al ser la primera supernova descubierta fuera de nuestra Galaxia la Vía Láctea. Como las supernovas aparecen de pronto, nunca está de más echarle un vistazo a nuestra vecina la Galaxia de Andromeda ¿y si eres tú el próximo descubridor?

Curva de luz tras el descubrimiento en 1885


lunes, 20 de junio de 2016

Solsticio de Verano: El Sol Quieto

EL SOL QUIETO

En la mañana del día 21 de junio a las 10h07 Tiempo Universal (12h07 hora peninsular español)  comenzará la estación de verano en el hemisferio Norte y el invierno en el hemisferio Sur. En esta entrada nos vamos a referir a la estación veraniega.

La causa de las estaciones es la inclinación del eje de rotación de la Tierra respecto al plano de la eclíptica. Dicho eje forma un ángulo de inclinación de 23º27´. Este ángulo no cambia  a lo largo del movimiento anual de traslación de la Tierra alrededor del Sol. 

Imagen Wikipedia
Desde un punto de vista situado en el Sol, la Tierra en su movimiento anual alrededor del Sol pasa por un punto llamado solsticio de verano, en concreto hoy 21 de junio, en el que el eje de rotación alcanza la máxima inclinación respecto al Sol. Dicha inclinación irá disminuyendo hasta llegar al solsticio de invierno. Entre ambos puntos hay otros dos puntos intermedios llamados equinoccios en los que el eje terrestre no está inclinado hacia el Sol (ver figura).

El ángulo que forma la línea que une los centros de la Tierra y el Sol y su proyección sobre el ecuador se llama declinación solar. Su valor máximo se da en el solsticio de verano +23º27´; el mínimo en el solsticio de invierno, -23º27´y en los equinoccio la declinación solar es 0º.

Solsticio es una palabra procedente de la palabra latina solstitium que significa el Sol quieto. En el solsticio de verano el Sol alcanza su máxima altura anual y la duración de los días es máxima. (Y al contrario en el solsticio de invierno). El Sol alcanzará el cenit (altura=90º) en el Trópico de Cáncer en verano y el Trópico de Capricornio en invierno.


ALTURA DEL SOL

La altura solar cambia a lo largo del día desde que nace el Sol hasta que se pone, siendo máxima al mediodía. En concreto el día 21 de junio alcanzará la mayor altura desde cualquier lugar del hemisferio norte a las 12h00 Tiempo Universal. Desde la Península Ibérica eso se producirá a las 14 horas locales. Pero ¿qué altura es esa? Vamos a calcularlo de una manera muy simple.

La altura máxima del Sol (H) se relaciona con la latitud del lugar (que llamaremos L) y la declinación solar (que llamaremos DS) mediante la expresión:

ALTURA = 90º - (L - DS) = 90 - L +DS

La latitud de nuestro lugar de observación puede encontrarse en cualquier texto o en la red y la declinación solar en el solsticio de verano ya sabemos que es +23º.27´ (23.45º). 

Pongamos por caso que la observación la realizo ayer sábado desde la azotea de mi casa, situada en Sevilla que se encuentra a una latitud de 37º24´. 

Subo a mi azotea acompañado de una tabla, un lápiz, una regla y la compañía inseparable de mi hijo mayor. 

Sobre la tabla blanca sitúo un lápiz verde (el color que le gusta a mi hijo Daniel) que mide 16,5 centímetros. El Sol está en el cenit y bajo una "agradable" temperatura de 39º, el lápiz proyecta una sombra de 4 centímetros.



Realicemos un pequeño cálculo para conocer la altura del Sol. Tenemos que encontrar el ángulo alfa que aparece en la figura. La razón trigonométrica que nos lo permitirá conociendo el tamaño de los catetos es la tangente. 

Calculando tendremos tan A = 16.5 / 4 = 4.125 que se corresponde con un ángulo de 76º22´ Si ahora hacemos uso de la fórmula de la altura indicada anteriormente tendremos:

Altura = 90º - 37º24´+ 23º27 = 76º03´

¡No esta mal! Hemos obtenido la altura del Sol con una pequeña diferencia de 19´. La precisión de las medidas y que el "experimento" estaba realizado ayer 20 de junio forman parte de esa pequeña diferencia que hemos obtenido. Así, llegamos a la conclusión de que la altura máxima que alcanza el Sol en Sevilla es de 76º.

Con un material parecido y una actuación similar, el sabio griego Eratóstenes de Cirene pudo calcular el tamaño de la circunferencia de la Tierra por la diferencia en los tamaños de la sombra que daba el Sol a un gnomon desde la actual Asuán (que se encuentra en el trópico) y Alejandría. 

Todos los solsticios de verano recuerdo ese magnífico episodio de Cosmos donde Carl Sagan recreaba ese momento...

¡Qué grande es la Ciencia! 


Feliz verano a todos los habitantes del hemisferio Norte y feliz invierno a todos los amigos del hemisferio Sur




jueves, 12 de mayo de 2016

"Jugando" a descubrir el cielo.


Me encantan las imágenes sencillas del cielo que se pueden obtener con instrumental modesto. En el fondo aprendimos mucho del cielo con "poca cosa". Como Galileo. El astrónomo italiano descubrió, hace más de cuatro siglos, que cuatro satélites giraban alrededor de Júpiter con un telescopio que hoy consideraríamos de juguete.

Míralos. Júpiter rodeado de esos cuatro satélites: Ganímedes e Io por el flanco izquierdo y Europa y Calisto por el derecho del planeta gigante. Mañana habrán cambiado de posición, y pasado, y el otro ... 

Y así, poco a poco con paciencia y no menos valentía, Galileo dio un paso en firme para demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol. Una grandísima demostración científica realizada con un telescopio de "juguete". ¡Qué grande es la Ciencia!




PD: Este un post  que escribí en mi muro de facebook. He querido compartirlo con todos mis lectores del blog para recordar que no por el hecho de tener un pequeño instrumento se puede dejar de disfrutar de la Astronomía. A veces, incluso hacer Astronomía. La paciencia y la perseverancia son aliadas de la ilusión en Astronomía.